“Ello supone una importante etapa en la protección de los niños en este país” declaró Mohamed Malick Fall, representante de Unicef, en un comunicado.
Entre 6.000 y 10.000 niños estarían integrados en los diferentes grupos armados y rebeliones que operan desde hace años en República Centroafricana.
El acuerdo fue firmado en el llamado Foro de Bangui, que congrega a cerca de 600 participantes durante una semana, en favor de la reconciliación nacional y para debatir el futuro del país.
Entre los firmantes figuran los representantes de dos protagonistas de la crisis que azotó el país en 2013 y 2014: tres facciones de la exrebelión Seleka y las milicias anti-balaka.
“Este país es uno de los peores del mundo para los niños tras dos años de conflicto, y la Unicef desea trabajar con las autoridades locales para ayudar a que estos niños se reúnan con sus familias”, afirmó el representante de este organismo de Naciones Unidas dedicado a la protección de los niños.
“Los dirigentes de los grupos armados también acordaron dar a Unicef un acceso inmediato y sin restricciones a las zonas que controlan”, añadió.
La República Centroafricana está sumida en el caos tras el derrocamiento en marzo de 2013 del presidente François Bozizé por Michel Djotodia, que encabezó una rebelión mayoritariamente musulmana, de los Seleka, y ha cometido violencias y abusos contra la población desde su llegada al poder. En reacción, las milicias de autodefensa anti-balaka han atacado a los civiles musulmanes.
No se ha fijado ningún calendario para la liberación de estos niños.
“Seamos prudentes, pero se trata al menos de un punto de partida”, declaró por su lado el portavoz de Unicef en Ginebra, Christophe Boulierac.