Corte Suprema de Colombia ordena excarcelar a exjefe FARC requerido por EE.UU.

BOGOTÁ. La Corte Suprema de Justicia de Colombia ordenó la liberación “inmediata” de un exjefe de las FARC requerido por Estados Unidos bajo cargos de narcotráfico y asumirá la investigación sobre él.

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La Corte Suprema reconoció la condición de Jesús Santrich de congresista electo por el partido surgido del acuerdo de paz con la exguerrilla.

El alto tribunal considera que es el único competente para investigar a Santrich, ya que este goza de fuero parlamentario, aunque nunca pudo ocupar su escaño en el Congreso debido a su captura con fines de extradición.

En este caso “no procede recurso alguno”, aseguraron los magistrados, por lo que Santrich, detenido en Bogotá desde abril de 2018, debería salir en breve del búnker de la fiscalía donde está recluido desde el 19 de mayo.

Sin embargo, la Procuraduría, el organismo que vigila la actuación de los funcionarios en Colombia, pidió al alto tribunal que ordene nuevamente la captura del rebelde, en su condición de parlamentario, para ser “escuchado en indagatoria” por los delitos de que se le acusan.

Además de provocar un revuelo político y judicial en Colombia, el caso Santrich también ha evidenciado una división en el ahora partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC).

“Estamos muy contentos con esta decisión, nos parece que se restablecen los derechos de Jesús Santrich que habían sido violados”, dijo el senador y excomandante guerrillero Carlos Antonio Lozada tras conocer el fallo.

Lozada aseguró que la FARC ya empezó las gestiones para que Santrich, cuyo nombre legal es Seusis Paucias Hernández, asuma “de manera inmediata” el escaño en la Cámara de Representantes (baja) previsto en el pacto de paz.

El histórico acuerdo otorga 10 curules en el Congreso para la FARC durante dos periodos de cuatro años.

El exjefe negociador de la exguerrilla, Iván Márquez, tampoco ocupó su escaño alegando falta de garantías por el encarcelamiento de Santrich e incumplimientos estatales.

Desde entonces se desconoce el paradero de Márquez, quien fue el número dos de los rebeldes y considerado de línea dura, y de otros exjefes.

El líder máximo de la exguerrilla, Rodrigo Londoño (Timochenko), marcó distancia con Márquez en una carta pública del 23 de mayo, en la que le reclamó abandonar los compromisos adoptados por la colectividad.

La justicia de paz que investiga los peores crímenes cometidos durante el conflicto con las FARC ya había ordenado hace dos semanas la liberación de Santrich, que ha comparecido ante ese tribunal por miles de casos de secuestros atribuidos a la otrora guerrilla comunista.

Sin embargo, el 17 de mayo fue recapturado a su salida de prisión por orden de un juez bajo nuevos cargos relacionados con su supuesta intención de enviar cocaína a Estados Unidos tras firmar la paz en noviembre de 2016.

Santrich, de 52 años y con deficiencia visual, siempre ha proclamado su inocencia y asegura que los señalamientos responden a un complot de Washington y de la fiscalía colombiana.

Bajo la presión de Estados Unidos, el gobierno de Iván Duque se opone férreamente a la excarcelación de Santrich y ha ratificado su intención de extraditarlo.

A raíz de la primera orden de libertad, el entonces fiscal general de Colombia, Néstor Humberto Martínez, renunció a su cargo antes de tener que acatar la decisión de los jueces.

Apoyado por la ONU, el acuerdo que condujo al desarme de unos 7.000 combatientes prevé beneficios penales para los responsables de delitos atroces que contribuyan a la verdad, justicia y reparación de las víctimas.

Sin embargo, deja sin efecto el blindaje contra la extradición para quienes hayan reincidido tras la entrada en vigor de los compromisos de paz.

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