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Según los datos facilitados hoy por el Cuerpo Forestal, solo durante la jornada del lunes se declararon 127 incendios en todo el territorio italiano, con especial dureza en la región sureña de Campania, donde cerca de 1.500 hectáreas de vegetación fueron consumidas por las llamas desde el pasado 1 de agosto.
Precisamente ayer falleció un miembro del Servicio Antiincendios de la región de Campania, Michele Ciglione, de 57 años, mientras intentaba frenar el avance del fuego en un castañar entre las localidades de Nápoles y Avellino.
Otras de las provincias más afectadas por las llamas fueron Calabria, con 27 focos de incendio; Basilicata, con 18, también en el sur del país, así como la Toscana, con 12 y el Lazio, cuya capital es Roma, con 11, en el centro.
La ola de calor que azota la península itálica, la séptima de este verano, ha contribuido a agravar la sequía en varias zonas del país, y junto con la acción de los pirómanos, son las causas de estos desastres, que este año han acabado con 35.000 hectáreas, según la Confederación Italiana de Agricultores (CIA).
A este respecto, uno de los responsables de la División Antiincendios del Cuerpo Forestal, señaló a los medios locales que han sido denunciadas cerca de 300 personas, “desde el pirómano en serie hasta aquellos que prenden fuego para poder disponer de un terreno para el pastoreo o la caza”.
Asimismo, la asociación italiana de agricultores Coldiretti advirtió de que existen 300.000 hectáreas de bosque abandonadas por el cierre de empresas agrícolas que se encuentran a merced de los pirómanos, dada la ausencia de protección y de agricultores.
Según las previsiones meteorológicas, a partir del domingo llegará a Italia la borrasca tropical “Beatriz”, que alcanzará sobre todo el norte y centro del país, lo que podría contribuir a mitigar la sequía y a sofocar los incendios.
Sin embargo, la CIA advierte de que con la llegada de este nuevo fenómeno habrá que prestar atención a los posibles riesgos de desequilibrio hidrogeológico.