Aún no se conoce la nacionalidad del aparato, supuestamente abatido por un caza F-16 turco, aunque los Mig-23, de fabricación rusa, forman parte también de las Fuerzas Aéreas sirias.

El avión cayó en territorio sirio, a pocos kilómetros de la frontera de la provincia turca mediterránea de Hatay. Según fuentes sirias locales citadas por los medios turcos, los pilotos del caza abatido se salvaron saltando en paracaídas.

Un vídeo difundido por la cadena turca NTV muestra claramente la imagen de un caza ardiendo que se precipita sobre un terreno boscoso.

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