“El largo y difícil viaje ha expuesto a los niños a las inclemencias del tiempo, incluyendo peligrosas altas temperaturas, con un acceso limitado al refugio. Algunos ya están enfermos o sufren deshidratación”, según expuso en rueda de prensa Marixie Mercado, portavoz de Unicef.
La portavoz especificó que muchos de los niños y sus familias están huyendo de la violencia de las pandillas, de violencia de género, extorsión, pobreza y acceso limitado a educación de calidad y servicios sociales en sus países de origen.
“Tristemente, estas condiciones son parte de la vida diaria de millones de niños en la región. Cada día, familias que enfrentan estas condiciones tienen que tomar la difícil decisión de abandonar sus hogares, comunidades y países en busca de seguridad y un futuro más esperanzador”, afirmó Mercado.
La portavoz indicó que, si bien los que están viajando unidos piensan que están seguros, “los peligros de usar rutas migratorias irregulares siguen siendo significativos. El camino es largo y lleno de peligros, incluyendo el riesgo de explotación, violencia y abuso”.
Cuestionada Mercado sobre si tiene datos sobre esos riesgos, dijo no contar con la información por el momento. “Unicef reitera su llamamiento a todos los gobiernos a que den prioridad al interés mayor de los niños en la aplicación de las leyes migratorias, que mantengan las familias unidas, y que encuentren alternativas a la detención de niños”, concluyó Mercado.
Según las estimaciones del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), unas 9.300 personas cruzaron la frontera entre Guatemala y México entre el 19 y el 22 de octubre.