En Agosto de 1869 la ciudad capital Asunción, estaba ocupada por las tropas de la Triple Alianza, Ejércitos Brasileño y Argentino. El Ejército paraguayo como tal no existía. Acosta Ñu fue la última gran batalla de la Guerra de la Triple Alianza. Fue la clásica tragedia ya que el General paraguayo Bernardino Caballero y el General brasileño Luis Felipe Gastáo de Orleans-Conde de Eu, se pusieron de acuerdo para asesinar a 3.500 niños de 9 a 16 años de edad.
Entre los pactos diabólicos en la historia de la Humanidad será posible encontrar algo tan cruel y repugnante como este ‘'tácito acuerdo’' para asesinar a 3.500 niños. Un general que para proteger la retirada de sus fuerzas envía a la muerte a 3.500 niños se convierte en genocida-criminal de guerra.
Luis Felipe Gástao de Orleans, Conde de Eu, Príncipe de las Tinieblas y Comandante del Ejército del Imperio del Brasil, en lugar de ordenar retirada y tregua, intensificó la carnicería de ancianos y niños, finalmente ordenó incendiar el campo de batalla con los yacentes heridos y muertos. Esto revela crimen de guerra-genocidio con alevosía y extrema crueldad. Como también revela la intención de ocultar el crimen por medio del fuego. Esta batalla se convirtió en una farsa trágica sacrificando a 3.500 niños por el puro placer de crear un escenario heroico. Estos genocidas-criminales de guerra General Bernardino Caballero y General Gastao de Orleans-Conde de Eu, merecen ser juzgados como genocidas-criminales de guerra. Sus nombres y la deleznable acción cometida deben ser anotados en los archivos de historia militar ya que hasta ahora historiadores cómplices encubridores han ocultado su miserable y criminal proceder.
José Luis Serrati Machaín
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