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Creo oportuno el siguiente comentario:
Evidentemente ya no hay límites entre lo moral y lo inmoral. Ya no existen principios y valores. A la prostitución le llamamos “trabajo sexual”. Entonces, a los llamados “cuidadores de vehículos” habría nomás que darles status legal, ya que confiscan las calles y nos cobran sin que solicitemos sus servicios y así también con otros colectivos que creíamos irregulares hasta hoy. Había sido que estábamos equivocados.
Ya no tendríamos que criticar entonces a las “modelos”, salvo que estas pobres mujeres, “trabajadoras sexuales”, puedan liberarse de tan degradante “profesión”.
Podríamos concluir que cabe muy bien la expresión de que la Justicia está muy prostituida, aunque por lo que vemos, la prostitución ya dejó de ser inmoral, ergo la Justicia está bien enmarcada en los parámetros de la normalidad actual.
Julio Giménez