Lógicamente cualquier síntoma de apatía, dificultad para respirar, sangre o gemidos de dolor que presentan las mascotas asustan a los dueños. Sin embargo, una situación de emergencia requiere calma para tomar la decisión correcta. Y esto se puede practicar.
No todas las personas que tiene animales están preparadas para actuar ante una situación de emergencia. Es importante tener en claro de antemano algunos puntos básicos, señala Burkhard Wendland de la Asociación de Veterinarios para el Bienestar Animal.
En la vida cotidiana los animales sufren fracturas y envenenamientos. En verano son más comunes los problemas cardiovasculares y golpes de calor. Pero no solo el calor, también el frío puede enfermar a perros y gatos. Los animales sufren hipotermia si su pelo está mojado y no lo protege del frío.
Hay que tener en cuenta el llamado ABC para los primeros auxilios básicos, señala Julia Diels, que trabaja en un centro de emergencia para animales en Múnich.
El esquema ABC, por sus siglas en inglés, indica tres pasos importantes a controlar: “Airway”: despejar las vías respiratorias, abrir la boca, sacar la lengua hacia adelante, extraer el cuerpo extraño, la mucosidad o el vómito; “Breath”: verificar la frecuencia respiratoria y asegurarle una ventilación a través de la nariz, aproximadamente cada tres segundos; “Circulation”: se controla la circulación y en caso de ser necesario se recomiendan los masajes cardíacos para que el corazón vuelva a latir.
Mientras que las situaciones “A y C” pueden ser llevadas a cabo por los dueños de las mascotas, es conveniente que la ventilación sea realizada por un experto, advierte Diels. Al mismo tiempo, aconseja tener una farmacia de emergencia para el animal: una venda, tijeras para vendas y una pinza para extraer garrapatas.
Lo que en ningún caso debería hacerse es tratar a los animales con medicamentos que tenemos en nuestro hogar. Si bien hay muchos remedios de la medicina humana que se utilizan también en el tratamiento de primeros auxilios de los animales, la mayoría de los desinfectantes, tabletas o ungüentos son fabricados exclusivamente para perros y gatos.
“De ningún modo hay que suministrarle a la mascota un analgésico que ha sido desarrollado para humanos. Esto puede causarle problemas gastrointestinales graves al animal”, advierte por último Diels.
