Primeros auxilios decembrinos: ¿qué hacer si tu perro come chocolate o un adorno del árbol?

Perro en Navidad.
Perro en Navidad.Shutterstock

Durante la temporada navideña, las clínicas veterinarias reportan un aumento de emergencias por intoxicaciones en perros, principalmente por chocolate y adornos. Comprender cómo actuar rápidamente puede marcar la diferencia entre una crisis y un final feliz.

Cada temporada navideña, clínicas veterinarias reportan un aumento de emergencias relacionadas con intoxicaciones y cuerpos extraños, especialmente por chocolate y adornos del árbol. Saber qué hacer —y qué no— en los primeros minutos puede marcar la diferencia entre un susto y una cirugía de urgencia.

Por qué el chocolate es peligroso para los perros

Para los humanos, el chocolate es un símbolo de celebración. Para los perros, puede ser un tóxico potencial.

Intoxicación en perros.
Intoxicación en perros.

El riesgo se debe principalmente a dos sustancias: la teobromina y, en menor medida, la cafeína, estimulantes del sistema nervioso y cardiovascular.

“Los perros metabolizan la teobromina mucho más lento que las personas. Lo que para nosotros es un dulce, para ellos puede convertirse en un veneno acumulado”, explica de forma general la Asociación Americana de Medicina Veterinaria (AVMA) en sus recomendaciones sobre intoxicaciones comunes.

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No todos los chocolates son igual de peligrosos:

  • El chocolate amargo y para repostería contiene la mayor cantidad de teobromina.
  • El chocolate con leche es menos concentrado, pero sigue siendo riesgoso en cantidades moderadas.
  • El chocolate blanco casi no tiene teobromina, aunque puede causar problemas digestivos por la grasa y el azúcar.

El riesgo real depende de una combinación de factores: peso del perro, tipo de chocolate y cantidad ingerida. En razas pequeñas, incluso un par de bombones de chocolate amargo pueden ser motivo de urgencia veterinaria.

Síntomas de intoxicación por chocolate

Los signos pueden aparecer entre 2 y 12 horas después de la ingestión, pero los veterinarios insisten en que no se debe esperar a que el perro empeore para actuar.

Entre los síntomas más frecuentes se encuentran:

  • Inquietud extrema, nerviosismo o hiperactividad
  • Jadeo intenso, ritmo cardíaco acelerado
  • Vómitos y diarrea
  • Sed excesiva y aumento en la cantidad de orina
  • Temblores musculares

En casos graves pueden presentarse arritmias, fiebre alta, convulsiones e incluso la muerte.

Qué hacer si tu perro comió chocolate

Ante la sospecha de ingestión de chocolate, la recomendación principal es no improvisar y buscar orientación profesional lo antes posible.

  1. Calcuáa (aunque sea aproximado) qué y cuánto comió. Intentá averiguar el tipo de chocolate (amargo, con leche, de repostería) y la cantidad. Si tenés el envoltorio, conservalo: puede ayudar al veterinario a estimar el nivel de riesgo.
  2. Llamá a tu veterinario o a un servicio de urgencias. Incluso si el perro parece estar bien, la consulta telefónica puede marcar la pauta: hay casos en que será suficiente con vigilar en casa y otros en los que habrá que acudir de inmediato a la clínica. La información clave que tendrás que dar: peso del perro, tipo y cantidad de chocolate, hora aproximada en que lo comió y síntomas que presente.
  3. No provoques el vómito por tu cuenta sin indicación profesional. El uso casero de sustancias como agua oxigenada, sal o leche es una de las prácticas más desaconsejadas por los veterinarios. Puede causar quemaduras, alteraciones graves de electrolitos, aspiración del contenido al pulmón y complicar aún más el cuadro. La decisión de inducir el vómito, y con qué, debe tomarla un profesional según el tiempo transcurrido y el estado del animal.
  4. Observá, pero no minimices los signos leves. Un perro algo inquieto, que jadea “más de lo normal” o tiene diarrea leve puede estar entrando en una fase de intoxicación que, sin tratamiento, empeorará. Si ya estabas en contacto con el veterinario, actualizá la información ante cualquier cambio.

La mayoría de los casos tratados a tiempo tienen buen pronóstico. El tratamiento suele incluir fluidoterapia (suero), medicamentos para controlar el ritmo cardíaco y la presión, fármacos para las náuseas y, en ocasiones, carbón activado para limitar la absorción del tóxico.

Cuando el peligro cuelga del árbol: adornos y otros “juguetes” navideños

Las luces, esferas y guirnaldas convierten la casa en un parque de diversiones para muchos perros, especialmente cachorros. Pero lo que para ellos es un juego, para la veterinaria es un catálogo de posibles emergencias.

Perro en Navidad.
Perro en Navidad.

Los riesgos más habituales incluyen:

  • Esferas de vidrio o plástico duro: si se rompen, pueden cortar la boca, el esófago o el intestino.
  • Ganchos metálicos y alambres: fáciles de tragar, con riesgo de perforar el tubo digestivo.
  • Cintas, listones y oropel (tinsel): pueden provocar obstrucciones intestinales, una emergencia que suele requerir cirugía.
  • Luces y cables eléctricos: riesgo de quemaduras en boca y lengua, o incluso de descarga eléctrica.
  • Figuras pequeñas, adornos de madera o plástico: si se tragan enteros, pueden atascarse en estómago o intestino.

“Muchos propietarios llegan a consulta diciendo ‘solo era un pedacito de cinta’ o ‘solo una esfera pequeña’. El problema es que el perro no puede expulsar ese objeto y, al cabo de unos días, aparece una obstrucción grave”, advierten de forma coincidente organizaciones veterinarias en campañas de prevención navideña.

Cómo saber si tu perro se atragantó o se tragó un adorno

Hay dos escenarios distintos y ambos requieren atención rápida, aunque la conducta inmediata cambia.

Perro en Navidad.
Perro en Navidad.

1. Atragantamiento agudo. Si el perro empieza de pronto a toser, hacer arcadas sin vomitar nada, lleva la pata al hocico, se agita, respira con dificultad o emite un sonido sibilante, es posible que un objeto esté obstruyendo las vías respiratorias.

En este caso:

  • Revisá la boca solo si el perro te lo permite sin riesgo de morder. Si ves el objeto claramente y está al alcance, podés intentar retirarlo con cuidado, sin empujarlo más hacia adentro.
  • No metas la mano “a ciegas” ni intentes sacar algo que no ves: podés lastimar tejidos o empeorar la obstrucción.
  • Si la respiración está seriamente comprometida, se trata de una urgencia absoluta: llamá a la clínica más cercana y desplazate de inmediato. El equipo veterinario está entrenado para maniobras de desobstrucción y, si es necesario, realizar una traqueotomía de emergencia.

Algunas organizaciones enseñan versiones adaptadas de la maniobra de Heimlich para perros, pero su aplicación incorrecta puede causar lesiones internas. Los especialistas recomiendan que solo se realice bajo instrucción previa y en casos extremos donde la vida esté en peligro y no haya alternativa inmediata.

2. Ingestión de un adorno (ya lo tragó). Muchas veces, el dueño solo se da cuenta porque “desapareció” una esfera pequeña o una figura del árbol, o porque sorprendió al perro masticando algo que ya no encuentra.

En estas circunstancias:

  • Aunque el perro esté tranquilo, conviene contactar con el veterinario y explicar qué objeto podría haber tragado, su tamaño y material.
  • No intentes provocar el vómito sin asesoría. Si el objeto es puntiagudo (ganchos, vidrios) o tiene bordes afilados, el vómito puede aumentar la probabilidad de desgarros y perforaciones.
  • El veterinario puede indicar acudir a consulta para valorar con radiografías o ecografía. Algunos objetos metálicos son visibles en rayos X; otros no, pero se infieren por cambios en el tránsito intestinal.

Las señales de alarma que pueden aparecer horas o días después de la ingestión incluyen vómitos recurrentes, falta de apetito, dolor abdominal (el perro se encorva, se queja si le tocan el vientre), apatía marcada y ausencia de heces o heces muy escasas. Estos signos son compatibles con una posible obstrucción intestinal y son motivo de consulta urgente.

Errores frecuentes que agravan la situación

Entre las conductas que los veterinarios desaconsejan de forma unánime están:

  • Esperar “a ver si lo expulsa solo” durante días, pese a que el perro tiene vómitos o parece dolorido.
  • Dar laxantes o aceites sin indicación, que pueden desplazar un objeto a zonas más peligrosas o causar neumonía por aspiración si se vomitan.
  • Ofrecer huesos para “que lo empujen”, lo que suma un segundo riesgo de obstrucción o perforación.
  • Usar remedios caseros para “contrarrestar” el chocolate, como leche, sal o alcohol, que no neutralizan el tóxico y pueden generar otros problemas.

La pauta general de los expertos es clara: cuando hay un tóxico o un objeto extraño de por medio, la acción segura es pedir orientación profesional cuanto antes.

Cómo prevenir estas emergencias en casa

Aunque la atención se centra en qué hacer cuando ya ocurrió el accidente, los veterinarios insisten en la prevención como la mejor herramienta.

Algunas medidas prácticas:

  • Colocar el árbol en una zona que pueda cerrarse o limitarse cuando no haya supervisión.
  • Fijar bien el árbol para evitar que el perro lo derribe jugando.
  • Usar esferas y adornos de materiales menos frágiles (tela, fieltro, plástico blando) en las ramas inferiores.
  • Evitar oropel, guirnaldas finas y cintas colgantes al alcance del animal.
  • Proteger los cables de luces con canaletas o fundas y desenchufarlos cuando no haya nadie vigilando.
  • Mantener chocolates, uvas pasas, nueces macadamia y otros alimentos peligrosos para perros fuera de su alcance, en recipientes cerrados.
  • Enseñar comandos básicos como “dejalo” o “soltar”, que pueden ser cruciales para evitar que el perro se trague algo.