Cómo cuidar el pelaje de nuestras mascotas

Un pelaje reluciente no solo es algo bonito, sino que es también una señal del estado de salud de perros, gatos y pequeñas mascotas. El cuidado del pelaje va desde el cepillado regular hasta una alimentación correcta.

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"Si se descuida, los animales pueden desarrollar enfermedades de la piel como eccemas o infestación por hongos", explica la veterinaria Christine Löwenstein..

"La intensidad y la forma del cuidado del pelaje en perros depende de la raza y de la naturaleza del pelaje", explica Udo Kopernik, de la Asociación Cinológica Alemana (VDH, por sus siglas en alemán).

Por norma general, hay que cepillar y peinar una vez al día a los perros.

"Es importante obtener consejo de un experto para saber qué cepillo comprar para tratar la suciedad, la caspa, el pelo viejo y para quitar los restos de planta que se hayan quedado del paseo", indica Christine Löwenstein.

"Al perro se le puede bañar, pero basta con hacerlo cada dos meses", añade la veterinaria y especialista en enfermedades de la piel.

El dueño puede hacer una excepción cuando el pelaje huela mal o cuando el perro se haya rebozado en suciedad. "Un champú de persona no es apropiado para el animal", advierte Löwenstein.

Se necesita un champú especial con un pH de entre 7 y 7,4. "Con él enjabona uno al perro desde el cuello hasta la cola", explica.

Meter a un gato en la bañera puede sin embargo ser un gran problema.

"A los gatos no les gusta el agua y se limpian ellos mismos", dice Löwenstein. Pero sí que hay que peinarlos y cepillarlos.

"A los gatos de pelo largo, que ya de por sí tienen tendencia a tener enredos, hay que cepillarlos dos veces a la semana. Con los gatos de pelo corto es suficiente hacerlo una", añade. Quien tenga un gato, debe acostumbrarse cuanto antes a ello.

También hay que cepillar o peinar a las cobayas y los conejos según el largo del pelaje, pero no necesitan un cuidado tan intensivo como en el caso de los perros o los gatos.

En el caso de las chinchillas, bañarlas es tabú. Si su pelo se moja, se enmaraña y salen hongos debajo, indica Klaus Oechsner, de la Federación Central de Especialistas Zoológicos de Alemania (ZZF por sus siglas en alemán).

Lo que sí se puede hacer, y a las chinchillas les gusta mucho, es darles un baño de arena. "Con arena muy fina, en la que puedan revolcarse", dice Oechsner.

También a otros pequeños roederos como los jebos les gustan estos baños. "A ellos no se les puede cepillar y tampoco lo quieren", añade.

En los perros, el cuidado del pelaje tiene otro efecto positivo. "Cuando se acostumbra al animal al ritual desde pequeño, este se puede utilizar también para controlar a diario los ojos, las orejas y la dentadura", indica Udo Kopernik.

Y eso también sirve para que cuando los llevamos al veterinario estén más o menos tranquilos, ya que están acostumbrados a ser examinados.

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