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Voluntariosos, juguetones, astutos y fieles son algunas de las virtudes que se les atribuyen a los perros. Desde hace miles de años parece haber una especie de pacto emocional entre perros y humanos, pese a que no siempre el humano lo honra.
Una y otra vez, perros son abandonados o descuidados. Y eso que éstos saben comunicarse muy bien con sus dueños, así como imitarlos, ayudarlos o adivinar sus estados de ánimo.
Esto vale especialmente para perros que viven en entornos especiales como el norte de Noruega, no muy lejos del círculo polar. Allí viven los perros de Groenlandia, una de las razas de perros más antiguas del mundo. Tiran de trineos y tiene un llanto parecido al de los lobos.
El alemán Björn Klauer, quien migró allí desde Hamburgo, cría a estos perros y considera su hogar actual uno de los lugares más lindos de la Tierra. Tiene una relación especial con su perro guía, y su vida en común está dominada por el frío extremo que reina en esas latitudes. Sin embargo, los dos parecen disfrutarlo.
Lo mismo vale para los perros pastores. Los border collies tiene un campo de visión de unos 250 grados, lo que les permite tener un panorama bien amplio. “Trabajar con comandos compuestos de palabras y silbidos es casi como una droga para ellos”, opina Derek Scrimgeour, pastor en la frontera entre Inglaterra y Escocia.
Los más recientes descubrimientos también indican que los perros se orientan según hacia dónde miran o señalan los humanos y que suelen entender casi con exactitud lo que se les dice. Como tienen un sentido del olfato muy desarrollado, pueden oler el tiempo e intuir cuándo llegará a casa su dueño. Oler escamas de piel humana tampoco es ningún problema para animales como los perros de rescate, lo que les permite detectar personas desaparecidas mediante su sensible nariz.
Otros perros rastreadores pueden encontrar personas muertas, incluso en aguas profundas. Los perros también brindan compañía a personas que suelen estar aisladas de la sociedad, como los presos. Este y otros ejemplos, recogidos en un documental de la directora Ute de Groot, demuestran cuán sensibles son los perros y cuánto respeto humano merecen.