Las tortugas necesitan cuidados especiales

A primera vista, parece un hermoso jardín, y resulta difícil imaginar que allí habitan unas 120 tortugas. Las primeras, ya se ven al ingresar al predio, dentro de unos pequeños recintos cerrados.

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“Esas acaban de llegar”, dice Barbara Klobusch, que alberga tortugas de agua y terrestres en su vivienda en la localidad alemana de Dorsten.

“Hay que observarlas detenidamente y asegurarse de que no estén enfermas antes de juntarlas con las demás”, agrega.

En el jardín hay muchos recintos pequeños, un pequeño invernadero, muchas plantas y varios escondites. Klobusch cuida tortugas desde hace muchos años. En su casa recibe a los reptiles abandonados y les busca un nuevo dueño. El futuro hogar debe ser similar a su hábitat natural.

“A menudo los dueños ya no saben qué hacer con su mascota y la dejan aquí”, cuenta la experta alemana. “Se dan cuenta demasiado tarde de que las tortugas necesitan mucho más de lo que ellos le pueden dar”, sostiene.

Las personas compran tortugas pequeñas sin pensar que crecen, o las mantienen en un terrario aunque necesitan un recinto al aire libre.

Muchos niños quieren una tortuga como mascota. Pero son animales que necesitan un cuidado especial, asegura Klobusch. Son animales que no quieren ser levantados, acariciados o llevadas a una habitación para jugar.

“Las tortugas están solo para ser observadas y alimentadas y se estresan cuando se las alza, porque sus enemigos en la naturaleza siempre vienen de arriba”, explica.

Es importante que tenga un lugar con piedras, raíces, pedazos de corteza y plantas. Además, las tortugas necesitan sitios donde ocultarse y trepar y lugares aptos para excavar sobre todo en épocas de frío cuando hibernan.

A diario Klobusch cosecha dos cestas llenas de hierbas silvestres para alimentar a sus tortugas. Su pasión por estos animales comenzó cuando una amiga le entregó su tortuga de agua porque el acuario se había vuelto demasiado pequeño para su mascota. Entonces, el gran estanque en su jardín se convirtió en el nuevo hogar del reptil.

Con el tiempo fueron llegando más y más tortugas de agua, hasta que llegó Max, la primera tortuga terrestre. Estaba visiblemente enferma. El veterinario descubrió que tenía un pequeño juguete en el estómago y la tortuga fue operada, una hecho que atrajo a la prensa. Desde entonces, no paran de llegar tortugas al refugio de Barbara.

Entretanto, Max se recuperó y solo una cicatriz en su caparazón recuerda aquella operación.

Las tortugas habitan en la Tierra desde hace más de 250 millones de años.

La ferviente protectora de animales debe llevar un registro muy estricto de las tortugas que ingresan en su refugio, ya que en Alemania muchas especies están particularmente protegidas.

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