En conferencia de prensa brindada esta mañana, el asesor jurídico del sanatorio, Ricardo Preda, y el director médico, Enrique Gahete, reiteraron la postura del Migone con respecto a la muerte del pequeño de dos años, denunciada por los familiares como presunta negligencia médica.
Cuando Preda fue consultado sobre la denuncia de la abuela de la víctima, quien comentó que los órganos de su nieto fueron sacados en dos tuppers, confirmó este hecho alegando que para la autopsia se deben diseccionar los órganos para extraer fluidos y derivarlos al laboratorio correspondiente. “Los órganos son llevados por la Dra. Rodríguez, el sanatorio no practicó ninguna autopsia, el sanatorio solo prestó las instalaciones y el resultado de la autopsia será entregado por la Dra. Rodríguez”, agregó.
Aclaró que sí había médicos especialistas de guardia en el momento del deceso y que todos actuaron conforme a los protocolos establecidos. Además, garantizó que se contaba con todos los insumos necesarios para la rápida atención en emergencias. Aseguró que “el carro de paros” estaba totalmente equipado y eso se puede comprobar con una revisión del inventario del sanatorio.
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Cabe destacar que la propia abuela confirmó que existió una autorización para la autopsia, pero dio a entender que fueron prácticamente engañados por una abogada de nombre Michelle Byum. La misma añadió que la abogada en principio dijo que el Migone no podía realizar la autopsia por ser juez y parte, pero luego desapareció unos minutos.
Al volver, cambió su postura, diciendo que una patóloga de la Fiscalía va a hacer la autopsia dentro del hospital. Luego del procedimiento, el tío del niño fallecido le preguntó a la abogada si ya se hizo la denuncia ante el Ministerio Público, pero ella se desentendió y alegó que todo se hizo en forma particular con la autorización.
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Al respecto, el Dr. Gahete brindó todo el supuesto relatorio de lo ocurrido en el servicio de urgencias el pasado 20 de agosto. Contó que el niño ingresó con fiebre de 39°C y tos, por lo cual estaba en un nivel “tres” de urgencia, lo que implica una demora en la atención de aproximadamente 30 minutos como máximo.
Pero dijo que, minutos después, el pequeño pasó a la sala de observación, “asistido y acompañado” por dos médicas pediatras de guardia. Añadió que el Dr. Antonio Arbo, su médico tratante desde el nacimiento, pidió que se baje la temperatura con medicación y medios físicos. Posteriormente, pidió estudios laboratoriales y radiografía del tórax.
Aseguró que la fiebre fue bajando y entre las 9:30 y las 10:00 el niño vomitó, por lo que el Dr. Arbo le explicó a la madre que solamente se trataba de una reacción ante tanta tos. A las 12:00, volvió a vomitar y, ya con los resultados de los estudios, recibió un antibiótico recetado por el pediatra de guardia.
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Asimismo, detalló que a las 12:27 la madre pidió auxilio, dijo que el niño estaba pálido e ingresaron los especialistas para darle asistencia y a las 12:35 se activó el código rojo, que indicaba el riesgo de vida del paciente. Según el Dr. Gahete, el personal de terapia intensiva infantil llegó rápidamente con el “carro de paro”, que supuestamente contaba con todos los insumos relacionados a la atención médica.
Agregó que se realizó la reanimación hasta las 13:05, momento en el cual, al no tener respuesta positiva del pequeño y pasado “un tiempo prudencial”, se declaró su fallecimiento. A continuación, añadió el director médico, el Dr. Arbo llegó al sanatorio y pidió una autopsia clínica que fue aprobada por los familiares y realizada por la patóloga Ingrid Rodríguez
Reiteró además que todo esto se puede verificar con las imágenes del circuito cerrado, donde se ve que la médica concurrió seis veces a revisar al paciente y el personal de enfermería acudió en más ocasiones.
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