Los tres diputados salvados de la pérdida de investidura se escondieron de la prensa en un baño de la Cámara de Diputados, tras culminar la sesión extraordinaria en que fueron blanqueados por la mayoría de la plenaria. Afuera, los aguardaban varios periodistas para consultarle sobre lo resuelto en la Cámara Baja.
En un momento, Carlos Portillo salió del sanitario corriendo para ir a subirse al ascensor, y los trabajadores de prensa intentaron abordarlo. Un funcionario, que aparentemente es un guardia de seguridad, empujó a la periodista Silvia Oporto, del diario La Nación, para evitarla, y terminó por golpearse contra una mesa y lastimando también a la cronista de Radio 1000 Vanesa Silguero, informó la periodista de ABC Color Antonella Brignardello.
La violencia no terminó allí, pues el personal del diputado empezó a golpear con el codo a los trabajadores de prensa para que dejaran de preguntarle a Carlos Portillo sobre el archivo del pedido de pérdida investidura. Los comunicadores no pudieron ubicar al agresor y especificar si es un guardia o un funcionario administrativo de la oficina del congresista liberal.
Entre tanto, Ulises Quintana salió minutos después, y Tomás Rivas esperó pacientemente hasta que la mayoría de los periodistas se retiraran del lugar. Ninguno de los tres brindó declaraciones.
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La atención de los medios de comunicación se centraba en estos tres diputados, todos con procesos judiciales abiertos en su contra, ya que en la sesión extraordinaria de este martes se definió el pedido de pérdida de investidura que pesaban en contra de ellos.
