El productor Abel Brítez comentó que el ingreso masivo de tomates de contrabando satura el mercado y hace imposible la venta de la producción nacional. Indicó que los compradores les quieren pagar G. 2.000 por kilo, monto que no cubre ni el costo de producción.
A la vez, exigen la presencia del ministro de Agricultura y Ganadería (MAG), Rodolfo Friedmann, para buscar una solución al inconveniente.

Por su parte, el director de Comercialización del MAG, Aníbal Roa, reconoció que existe un ingreso masivo del contrabando que satura el mercado. Aseguró que el inconveniente escapa de las manos de la institución y que nada pueden hacer. Añadió que consiguieron compradores que están dispuestos a pagar G. 2.000 por kilo, pero esto es rechazado por los productores.
Los manifestantes quemaron neumáticos en el medio de la calzada y arrojaron ramas de árboles para evitar el paso de los vehículos.
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