Añadió, asimismo, que conociendo nuestra política, en todos estos años “hemos notado una cosa: “Los verdaderos grandes hombres políticos no tienen necesidad de humillar a sus adversarios, a ellos les basta con llevar adelante sus proyectos buenos. Es signo de debilidad no exponer la propia opinión, sino siempre estar atacando a los oponentes. No se trata de darles la razón, sino más bien respetarlos”, especificó.
Al respecto, monseñor Valenzuela se preguntó: “Si hoy San Francisco se paseara por la avenida Costanera y recorriera el Parlamento o el Palacio de Justicia y hasta la Iglesia, ¿qué vería, o cómo la encontraría?”
En ese sentido, exhortó a los presentes a rogar a San Roque Gonzalez de Santa Cruz, santo paraguayo, para recibir de Dios el don de unas relaciones más serias y respetuosas entre todos, aludiendo a las constantes peleas que se producen en el Congreso.
Añadió, asimismo, que hay que seguir rogando para que las autoridades tengan sentido de justicia para calmar los abusos que se cometen.
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El obispo también sostuvo que se sabe con certeza que todavía hay una sociedad donde se practica la ley del Talión, del ojo por ojo y diente por diente, una situación que se ve todos los días en los noticieros, con las venganzas que se dan.
Lamentó además la lucha permanente, casi crónica, entre partidos políticos opuestos, clubes o hinchas de fútbol, donde hay agresiones constantes, llegando incluso a la muerte. “Vemos esta situación con profunda pena; esa aspereza, esa hostilidad, esa falta de respeto hacia el adversario, un clima que contamina la vida pública a nivel nacional y envenena todos los ambientes como la familia, creando disposiciones duras en una población que se encuentra dividida”, sentenció.
Luego, subrayó que “lo que nos une es mucho más fuerte y más importante que aquello que nos divide, por lo que tenemos que hacer prevalecer siempre lo último. Acá no importa quién es de derecha o de izquierda entre los paraguayos. Si es de norte o sur. Nos une las misma lengua, nuestra rica historia, cultura y religión”, expresó.
Recordó, asimismo, el partido del clásico que se jugó ayer entre los clubes de Olimpia y Cerro Porteño, que en vez de ser un momento de alegría y diversión sana genera temor y la movilización de una gran cantidad de agentes de policía, por lo que pudiera suceder después del encuentro deportivo, una cuestión que se ha vuelto peligrosa.
Finalmente, monseñor Valenzuela pidió a todos que ayuden a sacar al país de la profunda oscuridad en que se encuentra, iniciando un cambio profundo desde el interior de cada uno, practicando valores y amando al prójimo a pesar de todo, dejando de lado “la ley del ojo por ojo, que tanto daño ha causado a la sociedad”.
