Por la pandemia, se vuelve a vivir un Viernes Santo como los de antes

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Cerrada a cal y canto y sin feligreses a su alrededor. Así es el Viernes Santo en la Catedral Metropolitana de Asunción.
Cerrada a cal y canto y sin feligreses a su alrededor. Así es el Viernes Santo en la Catedral Metropolitana de Asunción.Gustavo Machado

Un Viernes Santo diferente y de silencio total, como cuentan los mayores que se vivían en décadas pasadas, se registra en Asunción esta mañana a consecuencia de la pandemia del COVID-19. No hay ruido, no se escuchan los lamentos de los estacioneros, música religiosa ni de la otra. El silencio reina y, sobre él, apenas se escucha el canto de las aves que siguen trinando.

En años anteriores era costumbre ver a estas horas a los creyentes recorrer las 7 iglesias, pero el “quedate en casa” ha hecho que la gente hoy se refugie en sus hogares. Aunque a puertas cerradas, a medida que transcurran las horas, las parroquias empezarán a desarrollar los actos propios del Viernes Santo, como ser a las 14:00 la lectura de las 7 palabras y luego a las 15:00 comenzará la Liturgia de la Pasión.

Hoy es el único día en que no se celebra misa en el mundo. La Iglesia medita la pasión y muerte de Cristo. Se imparte la comunión, pero será la hostia consagrada el día anterior.

Tampoco habrá adoración del Santísimo Sacramento, confesiones ni otros actos clásicos de la tradición católica como viacrucis, para evitar la aglomeración de gente y, por ende, la propagación de la pandemia que tiene a la mayoría de la población confinada.

En la Catedral Metropolitana, la celebración de la Pasión comenzará a las 15:00. La presidirá el arzobispo de Asunción, Mons. Edmundo Valenzuela. Predicará el padre Reinaldo Roa. El acto será transmitido por Radio Cáritas y por el Facebook del Arzobispado de Asunción.

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Ayuno y abstinencia

Eso sí, algo no cambia: para los católicos hoy es día de ayuno y abstinencia.

El ayuno consiste en hacer una sola comida fuerte al día. La abstinencia, en cambio, en no comer carne de res. Son días de abstinencia y ayuno el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo. La abstinencia es obligatoria para los creyentes católicos a partir de los 14 años y el ayuno para los que tienen entre 18 y 59 años de edad.