La auditoría que realizó la Contraloría General de la República (CGR) al fallido proyecto del metrobús también reveló que el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) ni siquiera reclamó por las obras chapuceras que ejecutó la empresa portuguesa Mota Engil, pese a que es evidente la mala calidad del asfaltado que se construyó, según el informe final del ente contralor que se dio a conocer el miércoles último.
El documento revela que estas pésimas construcciones se pudieron ver en casi todo el trayecto intervenido de la Ruta PY02 entre San Lorenzo y Fernando de la Mora y que el MOPC debía reclamar G. 3.035 millones por las obras mal hechas, pero tampoco lo hizo.
“El Equipo Auditor constató incumplimientos de las especificaciones técnicas en los ítems: 3.2 carpeta de hormigón asfáltico en caliente, 3.2.4 base asfáltica porosa y adoquinada de calzadas y 4.2 carpeta MAC 2 sin polímeros, que derivan en condiciones de servicio inferiores a las proyectadas, disminución de la vida útil de la carpeta asfáltica y disminución del valor de los trabajos, causados por la diferencia entre la calidad contratada y la ejecutada”, resalta en las conclusiones del ente contralor.
Añade que por esa última condición, las áreas de fiscalización y supervisión del MOPC no realizaron retenciones en los certificados. “Según estimaciones del equipo auditor, las retenciones no realizadas son de G. 3.035.555.542”, expresó. En este sentido, la CGR lamenta que recién en la liquidación final se haya considerado un “monto estimado para reparaciones”, pero de solo G. 1.141.697.465, inferior al estimado por la auditoría de la CGR (G. 1.893 millones menos).
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La Contraloría asevera además que la estructura del MOPC (fiscalización y supervisión) no controló el cumplimiento de las especificaciones técnicas ni tomó acciones para la adecuación de los ítems “3.2”, “3.2.4” y “4.2” a lo estipulado en la documentación contractual. Tampoco se aplicó la subcláusula 14.6 de las Condiciones Generales del Contrato. La CGR recomendó al MOPC realizar los descuentos en los certificados de Mota Engil, por no cumplir con las especificaciones técnicas, lo cual se deberá reflejar en la “valoración en la fecha de terminación” de la obra, que se estipula en la subcláusula 15.3 de las condiciones generales del contrato.
Numerosas irregularidades
Entre las principales conclusiones de la auditoría de la CGR se señala que el MOPC desembolsó a la empresa Mota Engil hasta el certificado Nº 29 (de trabajos), unos US$ 29.000.000 por obras que, en partes considerables, no cumplen con las especificaciones técnicas del pliego de la licitación y cuya futura utilidad resultó incierta, inclusive para los actuales administradores del MOPC. Agrega que se produjeron “pagos irregulares” a Mota por G. 8.689.241.754 en la obra de cableado subterráneo.
También evidencia que se pagaron más de G. 17.000 millones por desagües que no funcionan y la falta de aplicación de multa de G. 14.550.000.000 a la firma por incumplimiento de las metas parciales. Revela que el MOPC debía comprar un predio de 5.000 m² para convertirlo en un espacio verde, como parte de la compensación ambiental, pero esto nunca se hizo.
Incumplieron la licencia ambiental
En la auditoría que realizó la CGR, que dio a conocer la semana que pasó, se reveló entre otras varias anomalías que el MOPC incumplió con el artículo 2º de la “licencia ambiental” que le fue otorgada por parte del Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades, ex Seam), en el año 2011, para el proyecto metrobús. En el mencionado artículo se estableció la adquisición de un inmueble sobre la avenida Eusebio Ayala (entre Madame Lynch y la calle La Victoria) o en el distrito de Fernando de la Mora, con una superficie total no menor a 5.000 m², para convertirlo en un área verde. Pero esto nunca se hizo.
