Los manifestantes se encuentran apostados con pancartas y carteles alusivos en el área de acceso al centro de fronteras y afirman que se mantendrán en el sitio hasta que alguna autoridad les dé una respuesta.
“Esta es al menos la tercera vez que salimos a expresar nuestro reclamo a las autoridades nacionales y locales, porque ya estamos pasando hambre”, afirmó una antigua “pasera” que quedó sin posibilidades de seguir con su trabajo de comerciante informal desde que fue cerrada la frontera con Argentina, en el marco de la pandemia del coronavirus, en marzo pasado.
Una de las voceras de los manifestantes, Mirta Viveros, reclamó la presencia del Estado a través de asistencias concretas y puntuales que les permitan asegurar el sustento diario y alguna estrategia de reconversión de actividades.
“Hay muchos compañeros que vivían el día a día mediante su trabajo en la frontera y hoy ya no tienen qué comer”, señaló. Buscando paliar la situación, los mismos paseros instalaron una olla popular donde se da de comer tres días a la semana a los más necesitados.
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Los manifestantes reclamaron también poder acceder a ayudas como las previstas en el programa “Pytyvö”, el cual, según dijeron, llega, pero no a todos los necesitados.
El 6 de agosto pasado, los paseros recibieron unos kits de alimentos proporcionados por la Gobernación de Itapúa en conjunto con la oficina local de Aduanas, pero la cantidad de bolsas distribuidas no llegó ni a la mitad de las cerca de 1.500 personas que se agolparon en el sitio y la repartija terminó en un incidente.
