Por resoluciones 695 y 696, se dispuso el cambio del director policial, el comisario Carlos Alberto Barrios, cuyo cargo será ocupado por el comisario general inspector Elio Samudio Valdéz; mientras, el comisario Francisco Javier Cristaldo Gómez, quien se desempeñaba como jefe del departamento de seguridad ciudadana, fue destituido y en su reemplazo fue nombrado el comisario principal Félix Daniel Benítez Núñez.
Últimamente, la cúpula policial de Canindeyú estaba siendo muy criticada por el constante paso de mercaderías de contrabando en todos los puntos de accesos y salidas al país, con la vista gorda de los uniformados.
El destituido comisario Francisco Cristaldo, quiso justificar el nulo control en la frontera, cuando el 29 de mayo pasado, el agente fiscal Vicente Rodríguez retuvo una furgoneta que ingresaba con productos presumiblemente de contrabando en horario nocturno, en compañía de un efectivo militar en el puesto de control del 29 de septiembre. En ese entonces, según Cristaldo, el jefe del mencionado puesto de control justo a la hora de la intervención, tuvo necesidades fisiológicas por lo que tuvo que ir al baño.
Otro de los escándalos que involucró a altos jefes policiales, guarda relación con un vehículo robado en el municipio de Japorã, Brasil, el 12 de junio del año en curso. Dicho rodado de la marca Toyota, modelo Hilux, color negro año 2020, que pertenece al intendente de la mencionada ciudad, Paulo César Franjotti. Fue traído al país y llevado a la capital, presuntamente por orden del comisario principal Fidencio Rivas, jefe del departamento de control de automotores, con aval del comisario Francisco Cristaldo, su camarada; este último habría ordenado hacer la vista gorda para el paso del rodado por los puestos de controles del departamento.
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Finalmente, ante la fuerte presión ejercida por las fuerzas de seguridad del Brasil, el rodado tuvo que ser devuelto luego de la “recuperación” en un procedimiento en Salto del Guairá, procedimiento que se cree nunca existió.
La gota que colmó el vaso fue el rapto y asesinato del empresario Cristóbal “Nene” Rojas, cuyo cuerpo fue encontrado a pocos kilómetros del casco urbano de Salto del Guairá, con varios impactos de bala y signos de tortura. Según sus familiares, no pudo haber ocurrido sin el conocimiento de la Policía.
“Salto del Guairá es una ciudad policiaca, aquí está todo rodeado, no se puede hacer nada sin que se sepa algo, entonces alguien sabe. Sabemos que hay, lastimosamente elementos oficiales de por medio” señaló Elvis Rojas, hermano de la víctima.
Incluso casi al mismo tiempo otro crimen ocurrió en la víspera en pleno centro de Curuguaty, donde sicarios ajusticiaron de 5 balazos a Mauro Javier Mendoza, a la vista de todos los transeúntes y comerciantes.
