Imagen dantesca en Pozo Hondo causada por la seca

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Atrapado en el fango, sin ninguna chance de sobrevivir. Pozo Hondo enfrenta una dramática sequía. Pobladores allí afincados  no recuerdan una seca tan brutal en los últimos 40 años.
Atrapado en el fango, sin ninguna chance de sobrevivir. Pozo Hondo enfrenta una dramática sequía. Pobladores allí afincados no recuerdan una seca tan brutal en los últimos 40 años.

Pozo Hondo vive momentos dramáticos a causa de una sequía como no se recuerda en 40 años. En lo que va del 2020 apenas cayeron 80 milímetros de lluvias. La última precipitación se tuvo en junio pasado. Se necesitan cisternas para repartir agua del Pilcomayo entre los vecinos.

Pozo Hondo es una pequeña comunidad ubicada en la frontera con Argentina y Bolivia, a orillas del río Pilcomayo.

Alberto Jaime, poblador del lugar, retrata una situación dramática en el poblado: la sequía que enfrentan no tiene antecedentes en los últimos 40 años.

“En lo que va el año cayeron apenas 80 milímetros de lluvias y nada más” comentó Jaime.

El área que rodea a Pozo Hondo es la más seca del país, con un promedio anual de precipitación de 400 milímetros; en otras regiones del Chaco el promedio es 800 milímetros mientras que en la región Oriental es de 1.500 milímetros anuales.

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La última lluvia tuvo lugar el 13 de junio último, oportunidad en que la precipitación fue de apenas 15 mm.

Pozo Hondo está ubicada a orillas del Pilcomayo. Hasta resulta paradójico tener un río y enfrentar semejante sequía.

“Los productores que viven a orillas del Pilcomayo pueden enfrentar la seca pero aquellas que están a 4 o 5 kilómetros no pueden hacer mucho porque se necesita infraestructura para llevar el agua, por ejemplo cisternas. Aquí no tenemos cisternas ni nada parecido”.

Agrega que “los que tienen vehículos llevan agua en tambores pero dada la magnitud de la necesidad de agua, lo que llevan ni siquiera es un paliativo, más bien sirve para el consumo humano”.

Terrenos diferentes

Alberto Jaime explicó que tampoco es fácil mover los animales hacia el río. “El ganado de la ribera está acostumbrado al comportamiento del río y conoce los sitios donde no debe entrar, en el ‘lame’ como nosotros llamamos. Este ganado conocemos como costeño”.

Los animales que nunca estuvieron en la ribera son denominados “afuereños” y no conocen al río. "El lame es como si fuera arena movediza. Atrapa al animal y no puede salir del arenal con fango. Los “afuereños” no se pueden llevar hasta la costa porque quedan atrapados y al cabo de unos días mueren".

Los pobladores se ayudan entre sí movilizando camionetas para intentar rescatar a los animales atrapados pero existe mayor cantidad de ganado en el fango que vehículos disponibles.

“Los campos de pastura están muertos. No tenemos cómo alimentar a nuestro ganado. La falta de lluvia convirtió el pasto en pajonal que no sirve para dar de comer”.

Agregó que “los animales entran en el monte a buscar frutitas de chañar, es lo único que tienen para alimentarse porque pasto no hay”.

Prácticamente la totalidad de los pobladores de Pozo Hondo son pequeños productores, gente que apenas sobrevive con sus cabezas de ganado.

Alberto Jaime clama por el envío de cisternas. “Vamos a perder todo si no tenemos ayuda”.

roque@abc.com.py