Para el domingo 4 de octubre, el colegio parroquial San Pedro y San Pablo organiza una pollada, cuyas adhesiones tienen un costo de G. 15.000. Esta es una de las tantas actividades que realizan las parroquias, escuelas y colegios parroquiales para hacer frente a la crisis que les genera esta pandemia.
Al respecto, el Pbro. Reinaldo Roa Servín comentó que la recaudación en concepto de colectas se redujo más del 50% desde el inicio de la cuarentena y esto afectó el presupuesto de las parroquias. “Las colectas bajaron considerablemente. Gracias a Dios hay personas que están acercando donaciones”, expresó.
En consecuencia y con la apertura gradual de las fases que permite hasta 20 personas en cada celebración eucarística, dijo que muchas parroquias habilitaron más horarios de misas a fin que más fieles tengan oportunidad de asistir, respetando siempre las medidas sanitarias recomendadas por el Ministerio de Salud.
Además de polladas, las casas parroquiales y comunidades organizan alcancías solidarias, venta de asaditos u otras comidas, sorteos, entre otras acciones para sostener parte de los gastos.
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En ese sentido, el padre Roa sostuvo que estas actividades ayudan a cubrir el pago de los servicios básicos como energía eléctrica, agua, teléfono y personal administrativo. No así lo que tengan que ver con la restauración, mantenimiento o reparación de las iglesias.
Diezmo
En cuanto a la asistencia, comentó que mucha gente llama a la secretarías parroquiales a reservar lugar y por ende se cubre la cantidad. Dijo que en la feligresía católica falta promover el diezmo y contó que las escuelas parroquiales son las más afectadas con la disminución de los ingresos, ya que muchos padres no están pudiendo cumplir con el pago de las cuotas. Remarcó que muchos sacerdotes no perciben remuneración por sus servicios y viven hoy de la solidaridad de la gente y que son casi 100 las parroquias que dependen de la Arquidiócesis en Asunción.
