Cómo lidiar con la depresión y el estrés: Lo que pienso es lo que siento y en consecuencia actúo

Este artículo tiene 4 años de antigüedad
Vea qué es lo que se encuentra bajo su control y acepte la realidad.
Vea qué es lo que se encuentra bajo su control y acepte la realidad.

La licenciada Carla Giovanna Checo nos habla del estrés y la depresión en pandemia, el manejo de las emociones y también brinda algunos tips para pasar las fiestas lo mejor posible, con la aceptación de pérdidas y vacíos sin olvidarnos que tenemos que continuar la vida.

“Desde la OMS y organismos internacionales encargados y representantes de salud desde hace años están preocupados por la salud mental, y más todavía en países pobres como el nuestro con pocos recursos y que destinan muy poco de su producto interno bruto a las enfermedades mentales. Estamos teniendo un aumento en la prevalencia”, informó la licenciada Checo.

Antes de la pandemia ya era preocupante el índice de trastornos de ansiedad y cuadros depresivos en general porque hay distintos factores que juegan a la hora en que una persona dispare una patología o no. Según la especialista, en pandemia esto se incrementó porque tuvimos cambios de hábitos de vida, muy abruptos desde marzo. Nos llevaron a confinamiento, entonces restringimos tantas actividades, y entre ellas el área social del ser humano, que es demasiado importante porque las redes de apoyo sociales afectivas contienen, nos vimos muy aislados para protegernos de algo físico como es el virus. Eso trajo consecuencias psicológicas, en las personas que ya estaban estresadas, que ya tenían alguna patología antes que agudizaron los síntomas.

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“A lo mejor las personas no manifestaban pero tenían cierta predisposición, o una carga genética y con los estresores que implicó la pandemia actuaron como disparadores. Surgió el estrés y el síntoma principal del estrés es la ansiedad”, sentenció.

“La predisposición genética para el cuadro depresivo tiene varios tipos, cuando hablamos coloquialmente pensamos en la depresión clásica, en que uno está triste, abúlico, aislado. Pero hay otros tipos que son más difíciles de detectar, se conjugan factores genéticos y biológicos, y también factores ambientales o estresores. Una persona ansiosa o perfeccionista con mucha presión en pandemia, con el trabajo o situaciones socio económicas al límite puede desarrollar la depresión”, alertó.

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Hay personas que saben enfrentar mejor más a los problemas y otras tienen menor tolerancia a la frustración. La gente se da cuenta cuando ya esta con síntomas; hay un comienzo lento, el estrés y ansiedad son puertas anteriores a la depresión.

Se dice “estoy estresado, pero es peligroso normalizar esta patología porque no es normal. Tenemos dos tipos de ansiedad, una que es normal todos los seres humanos la tenemos, cuando tenemos un examen o es necesario llegar a tiempo al trabajo, y ahí se moviliza para cumplir con el objetivo. No es elevada y acorde con el problema que se enfrenta. En cambio, la ansiedad se vuelve patológica cuando se hace crónica y es exagerada la intensidad en comparación con el problema real”.

Hay personas que viven preocupadas por cosas pequeñas, de fácil solución, le dan vueltas al asunto, viven rumiando, pensando en forma negativa, los pensamientos negativos son muy característicos de la ansiedad, de que no voy a poder con la situación. “Es un mecanismo emocional primario para hacer frente a una amenaza. El tema es cuando se hace patológico y no se puede hacer frente a la amenaza sino que empezamos enfermar, porque las emociones pasan al plano físico. Se siente dolor de cabeza, dolor de espalda, de nuca, cuello, problemas gastrointestinales, en la boca del estómago, diarrea, náuseas, mareos son síntomas de la ansiedad y el estrés. El estrés es un trastorno que nos hace estar preocupados, activados y tensos”, certificó.

Las herramientas de enfrentamiento

La persona va haciendo uso de sus herramientas de afrontamiento hasta donde puede, cuando es mucho el tiempo que llevamos con problemas de deuda, presión por problemas familiares, en fin mucho que hace que la licenciada enuncie que “el año 2020 es el año de los duelos. No es solo cuando nuestros seres queridos fallecen, es también cuando pierdo el trabajo, cuando me disminuyen mis ingresos, pierdo amigos, me distancio de mis familiares. Duelo implica tristeza, desesperanza y un reajuste sicológico que no nos da tiempo porque tenemos que estar al ritmo de la vida enfrentando situaciones”.

Cuando se cronifica el estrés, todos los días son tensos, afecta el dormir, comemos menos o más carbohidratos. “Es una situación que necesita psicoterapia, acompañamiento del entorno, fuera del foco de violencia, acompañamiento psiquiátrico, cambio de hábitos de vida, no va a ser fácil”, acotó.

Dos caminos para elegir

“En consultorio suelo enseñar, tenés dos caminos: todo lo que en la vida no esta bajo tu control, no podes controlar, por ejemplo, lo que otras personas dicen, sienten. Pero hay cosas que están bajo tu control, qué hacer contigo mismo, con tu ser. Los terapeutas damos herramientas pero es la persona la que tiene el control, la artífice del cambio. No podemos recurrir solamente a la pastilla, eso ocurre a menudo, en un mundo consumista, la sociedad líquida, todo es rápido, la gente quiere resultados rápidos, pastillas para dormir en vez de hacer una higiene del sueño”, graficó en un momento.

Estamos a las corridas, miramos para afuera y no para adentro. Con cosas materiales tratamos de llenar vacíos, con comida, dulces, actividades, redes.

Llegan las fiestas, pare

Según la psicoterapeuta, con las fiestas que se aproximan es necesario parar un poco para ver cómo estoy yo. “Identificar mis emociones, las vivimos a las corridas nomás. Después identificar qué pensamiento acompaña a ese estado de ánimo: la triada es que lo que pienso afecta a lo que siento. Y cómo pienso y siento afecta a como actúo. Si pienso cosas tristes me voy a sentir triste, si yo pienso cosas positivas me voy a sentir mejor y voy a hacer cosas positivas”, analizó.

La depresión enmascarada

Nos solemos enfocar en la depresión de la persona apática, abúlica, irritable sin ganas de bañarse, etc. Pero hay otros tipos, las atípicas enmascaradas, la persona consulta con el médico de familia por causas somáticas, siempre tiene dolor de espalda, cabeza, presión o dolor de pecho, crisis de angustia, pánico que se acrecentó mucho con el estrés. Estas personas no cursan por la depresión aparentemente pero hay dolores, mucho, cansancio, fatiga. Es el médico quien tiene que tener buen ojo y derivar al profesional psicólogo o psiquiatra. Hay que derivar oportunamente y no recetar nomás un relajante muscular, por ejemplo.

“Con el tiempo tenemos un combo de enfermedades, el paraguayo es reacio a ir al médico a tiempo, y muchos medicamentos son de venta libre, tomamos medicamentos porque a mi amigo le hizo bien. La inteligencia emocional y la inteligencia interpersonal es importante, conocerme a mí mismo, mis emociones, aceptarlas, entenderlas, gestionarlas para que me sienta bien conmigo y mi entorno, profundizó la licenciada.

Profilaxis

He aquí algunos tips que la profesional comparte que le ayudarán a sentirse mejor.

Acepte la realidad, lo que nos esta pasando, cuanto más nos resistimos más sufrimos. Si no aceptamos la situación y hablamos de teorías conspiraticias, etc., eso hace sufrir más a la gente. Aceptemos que tenemos que convivir con esta situación, no sabemos cuanto tiempo, la incertidumbre va a continuar.

La vacuna no es la solución, la solución parte de cuidarme yo, a los míos y dividir que esta bajo mi control y que no. Seguir los protocolos sanitarios, eso me da tranquilidad; hay gente que no se cuida porque no cree y se vulneraliza ella y a otros.

Cuidarme con tapabocas, distancia y lavado de manos.

En el aspecto psicológico tener en cuenta que estas fiestas no serán como otras, van a haber sillas vacías, vacíos de seres queridos que partieron con el covid. También porque no podemos congregarnos. Aceptar eso y sustituir con videollamadas.

Planificar lo que voy a hacer y no dejar todo para las 12, voy a hacerlo a la tardecita ya.

Lo mismo en cuanto a los gastos, es un año muy duro en cuanto a finanzas y no sabemos cómo va a ser el año que viene. Si no puedo comprar la cantidad de asado o comida como hacía el año pasado no será el fin del mundo. Haga una lista de qué comprar y qué no. Tenga un ahorro que será útil si se enferma.

¡Disfrute la vida!