Día Mundial de la Lucha contra la Depresión, en el contexto de pandemia

La devastadora depresión deja a la persona como si fuera una estatua, incapaz de tomar una decisión y de tener un proyecto de vida. Sumida en el vacío, se llena de atormentadas ideas. Una enfermedad que se ve en todas las edades, pero de la que se puede salir airoso con ayuda profesional y la autodeterminación.

Residente, el artista puertorriqueño, abrió el corazón con la canción “René”, describiendo la vida de depresión y añoranza que se esconde tras el telón de la fama.
Residente, el artista puertorriqueño, con la canción “René”, describió la vida de depresión tras el telón de la fama.Imagen extraída de la Web

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Se sabe que esta enfermedad afecta a más de 300 millones de personas en el mundo, situación agudizada en el contexto de pandemia.

El doctor Charles Rodas, psiquiatra especializado en psicoanálisis en México, explicó que las variaciones del estado de ánimo, las emociones básicas relacionadas con alegría y tristeza son modificadas por la cultura, especialmente con el proceso de separación. Por ejemplo, la madre que te cría, los compañeros que terminan su curso, la pareja, la pérdida de un trabajo. Y esta sociedad nos separa por el constante cambio en que vivimos y nos obliga a movilizarnos de un lugar a otro.

La pandemia nos obligó a quedarnos en casa, evitar la socialización cercana y enfrentamos el miedo a la muerte, muchas familias enlutadas... Son muchos ingredientes penosos que nos ha tocado enfrentar. Pero hay que saber que la pandemia acabará, no será para siempre.

Según el doctor Rodas, “la pandemia no generó nada, solo profundizó lo que ya existía. El ser humano tiene oscilaciones muy cambiantes de estado de ánimo y la pandemia nos tiró al encierro, perdimos el hábito de reunirnos, e influyó incluso en las personas que no tienen problemas del ánimo. La pandemia hizo que las emociones se exacerbaran y probablemente va a seguir generando”, apuntó.

La sociedad orientada al trabajo y la producción

Siempre es bueno tener un panorama amplio a nivel de la sociedad, porque se ve mucho ahora la depresión en todas las edades y, lastimosamente, muy jóvenes también.

“Se ve más depresión porque en la sociedad se rompen todos los vínculos, no se respeta el crecimiento de hombres y mujeres, se organiza en relación al trabajo y la producción desorganiza la familia. No hay más tiempo para compartir, no hay más estar con el niño, que vive en soledad”, indicó el psiquiatra.

Y añadió que “se suman las películas y vídeos que traen imágenes destructivas, no tienen quien les guíe, tienen gran cantidad de información de forma precoz. Son situaciones que no pueden procesar. El mundo de la palabra ha pasado, ahora en la posmodernidad el mundo es de las imágenes”, aseveró.

Sin creencias ni ideales

Según el psiquiatra, “los jóvenes no tienen creencias, han perdido los ideales que son puntales del proceso depresivo. Muy pocos jóvenes tienen creencias religiosas, no creen en una unión estable, no creen que hay cosas en la sociedad que se pueden transformar. Todos esos elementos llevan la aparición de soledad y vacío”.

“El mundo está organizado para que seamos individualistas y menos colectivos, estamos más expuestos a la depresión. Y por otro lado se observa menos permanencia de la familia. Se vive pegado al celular, tanto adultos como hijos. Todos tenemos que cambiar, la responsabilidad de padres, abuelos, Estado, Secretaría de la Niñez, tienen responsabilidad”, afirmó el doctor Rodas.

El depresivo es una estatua

La persona que sufre depresión “se encuentra en un pozo, confundida, no puede articular situaciones de vida, está a la deriva. Es una estatua quieta, desvitalizada, no tiene orientación. Nosotros trabajamos, orientamos la situación en que vive, sus vivencias actuales y pasadas para reconstruir una expectativa de futuro. Trabajamos los proyectos, el camino, la orientación para sentirnos vitales”, opinó el especialista.

El proyecto se entiende como vocación, destacó el experto, ya que tiene que investigarse qué es lo que de la vida le alienta a esa persona sumida en depresión. ¿Qué es lo que le mueve, cuál es su camino? Lo principal es una orientación vocacional, en el deporte, pintura o una afición intelectual.

El tratamiento

Si el paciente tiene una depresión muy profunda, los médicos utilizan fármacos. Así lo advirtió el psiquiatra. “El tratamiento depende de la profundidad. Existen vidas muy paralizadas; en esos casos se usa medicación controlada. Si se acompaña con un tratamiento psicoterapéutico –en algunos casos- se tiene muchas más posibilidades de vivir sin medicación”.

Aconsejó el profesional que en el contexto de pandemia “lo más importante es mantenernos vitales. El encierro no es malo, es parte de nuestra vida. La socialización y la soledad son las dos caras de la moneda de la vida. También necesitamos la soledad para una creación y tenemos que aprender a vivir la soledad o aislamiento en que usamos la capacidad organizativa. Cuando uno está aislado tiene que organizarse como si estuviera trabajando, darle un espacio a cada cosa, porque si no lo hacemos aparece la ‘situación del jubilado de antes’”.

El problema aparece cuando no hay actividad. “El tiempo pasa y se hace interminable el día, se espera la noche y la persona se pregunta para qué va a vivir. La sugerencia médica es mantenerse vitales en el encierro y organizar la vida lo más variada posible para que sea lo más cercano a un día normal”, destacó.

Pedir ayuda profesional le puede devolver las ganas de vivir y que disfrute su existencia, con la autodeterminación de que la vida es una magnífica oportunidad de descubrir la alegría en los pequeños logros de todos los días.

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