Niegan datos falsos en pasaje, pero su fórmula es secreto de Estado

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EVOLUCIÓN DE PAGOS
EVOLUCIÓN DE PAGOSArchivo, ABC Color

El Gobierno del presidente Mario Abdo Benítez niega que esté analizando documentos con números inflados en perjuicio del bolsillo del usuario del transporte público y los contribuyentes del país. Sin embargo, la fórmula y los datos que aplican en ella para definir la tarifa del servicio –clave para el precio y el cobro de subsidios– siguen siendo un secreto de Estado.

El viceministro de Transporte, Pedro Britos, negó ayer que los documentos que analiza para ajustar la tarifa del servicio de transporte público contengan información falsa. Las declaraciones las brindó casi 48 horas después de insistentes intentos de comunicación con él mediante llamadas y mensajes de texto, lo cual justificó con que se encontraba en reuniones con los empresarios del sector con miras a lograr la suspensión del paro de servicio que preveían hacer el lunes y martes próximo (8 y 9).

De esta manera, el Gobierno del presidente Mario Abdo Benítez da su postura en torno a las afirmaciones de dueños de emblemas de combustibles y transportistas de que negocian el diésel tipo III a valores más bajos de los que figuran en las facturas. Dichos documentos constituyen “las evidencias” de que supuestamente hubo un aumento del precio del carburante y los transportistas dicen que les urge un ajuste de precio del boleto.

Como medida de presión, el Centro de Empresarios de Transporte del Área Metropolitana (Cetrapam) anunció que iba a paralizar totalmente el servicio, ya que la situación “no les permite operar en condiciones competitivas” y sus pruebas son las citadas facturas.

Al respecto, Blas Zapag, representante de emblemas, se ratificó en que tanto su empresa como otras del mercado con las cuales acordó, no subieron los precios a los transportistas, por lo cual el pedido de aumento del pasaje en base al incremento del diésel es falso, insistió. Al ser consultado acerca de las facturas citadas, explicó que el aumento hubo pero que el valor que pagan es menor, y que solo por una cuestión de sistema figuran así pero que se salda con notas de crédito.

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Esa diferencia favorable coincide con lo relatado por Ignacio Cárdenas, de la Única Central de Empresarios del Transporte del Área Metropolitana (Ucetrama), de que adquieren combustible a G. 3.000 o G. 3.600 pero en la planilla figura G. 4.600. Dijo a ABC a modo de justificar la “trampita” que les permitió sostener el negocio durante la pandemia.

Siendo las partes involucradas en el negocio las que confiesan la falsedad de datos, resulta llamativo que el receptor, el Viceministerio de Transporte, niegue que exista tal engaño. Incluso, no facilita la información que lo desmienta, que es la fórmula y su aplicación que define la tarifa del pasaje.

Cadena de mentiras

Conforme a fuentes consultadas, hoy la tarifa del pasaje es el resultado de la aplicación de una fórmula que contempla aspectos de la operativa de los buses tales como valor del vehículo, mantenimiento, y el combustible, que luego se divide por una cantidad estimada de pasajeros, cifra obtenida de otra ecuación denominada Índice de Pasajeros por Kilómetro (IPK).

Considerando que entre los valores técnicos el precio del combustible está inflado y que ahora con el billetaje electrónico se supo que el número de pasajeros es menor a la cantidad declarada, resulta que el precio del pasaje es el resultado de una suma de mentiras, incluso el pago de subsidio estatal, que es compensación por cada boleto vendido.

El Gobierno no se aboca en transparentar el pasaje, sino que se reune a puertas cerradas a definirlo.

ggonzalez@abc.com.py