La lucha por un empleo doméstico sin acoso, maltrato ni explotación

En el Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar, conmemorado ayer, las domésticas reivindican condiciones dignas de empleo en nuestro país, pues siguen habiendo sueldos por debajo del mínimo legal, explotación laboral y acosos sexuales de patrones o hijos de patrones.

Doña Marciana Santander es oriunda de La Colmena. Vino a Asunción a los 15 años, en busca de un trabajo para ayudar a su familia. Ayer, visitó ABC TV.
Doña Marciana Santander es oriunda de La Colmena. Vino a Asunción a los 15 años, en busca de un trabajo para ayudar a su familia. Ayer, visitó ABC TV.Archivo, ABC Color

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Marciana Santander, secretaria general del Sindicato de Trabajadoras del Servicio Doméstico del Paraguay (Sintradespy), visitó ayer nuestra redacción y contó su testimonio personal y los elementos comunes que existen en historias de las trabajadoras domésticas del Paraguay. Se trata de un sector que emplea a 240.000 trabajadoras, de las cuales tienen seguro social solamente 20.000, según los datos que maneja el sindicato.

Muchas de estas trabajadoras empezaron desde muy pequeñas a trabajar en casas de familia y por remuneraciones ínfimas. En el caso de Marciana, fue desde los 15 años, época en que sufrió mucha discriminación, por ser guaraní parlante y no hablar castellano. “Me pedían que no hable guaraní porque le iba a entorpecer la educación de sus hijos, decían. Ahora a las trabajadoras domésticas se les pide si pueden enseñar guaraní a sus hijos para hacer las tareas (de la escuela)”, relató.

Además de la prohibición de hablar en guaraní, también hay casos de tratos denigrantes que se suman a la sobrecarga de tareas –además de las labores de limpieza y cocina, se les deja al cuidado de los niños–. “De todo se pasa en la casa ajena. Por eso nosotras nos organizamos”, señaló haciendo referencia al Sintradespy.

Y continuó: “Tengo compañeras que entraron como criaditas en las casas. Cuentan que se les jugó mucho. Se les trae para estudiar, cuidar niños, pero terminan trabajando y no estudiando. Y se les maltrata encima”.

A través de la lucha de las trabajadoras, se consiguió por medio de la ley 5407 del año 2015 que sean incluidas en el seguro del IPS. Pero la norma salió con “trampa”, según lo acotado, ya que solo se estimaba 60% del sueldo mínimo y a través de una modificación, en otra ley que salió en 2019 ya se estableció el 100% (que hoy está en G. 2.192.839).

Sin embargo, se agregó la posibilidad del “empleo parcial”, lo que nuevamente dejó sin IPS a muchas domésticas, pues ningún empleador está dispuesto a pagar el 100% del aporte patronal sobre sueldo mínimo si solamente contrata a la trabajadora unas cuántas horas al mes. Además, la carta orgánica del IPS tampoco permite el prorrateo entre diferentes patrones.

“Por eso nosotras pedimos una mesa de diálogo con el Ministerio de Trabajo. Nosotras pedimos por nota en el 2019 para discutir eso y no lo conseguimos. Vamos a hacer otra nota. Por lo menos virtualmente podríamos reunirnos pero no hay voluntad”, lamentó la lideresa de las domésticas.

Los testimonios de las domésticas dan cuenta de que en Asunción y Central es donde más se respeta el pago del sueldo mínimo, mientras que en las afueras del Área Metropolitana, se paga G. 1.200.000 o incluso G. 800.000.

Acosos sexuales y hasta intentos de abuso

Pero las penurias de este sector no se limitan solamente al salario bajo y a la seguridad social. También se escuchan casos de acosos, intentos de abuso, maltratos y otras formas de denigrar a estas mujeres. Muchas de ellas se han visto en este tipo de situaciones y no tuvieron a dónde recurrir, pues no se sienten protegidas por las instituciones competentes.

“Nosotros tenemos una compañera que nos compartió su testimonio en los talleres donde participamos. Contó que el hijo de su patrona quiso abusar de ella. Ella le contó a su patrona y esta le terminó echando. Y ahí no tenés a quién reclamar. Si te echaron, ya te echaron”, relató doña Marciana.

Estos casos saltan en los talleres donde participan las domésticas, ya que ellas están cada vez más organizadas. Reciben capacitaciones y se ayudan mutuamente. Incluso, las trabajadoras domésticas tienen un programa de radio todos los sábados, de 13:00 a 15:00, que se transite vía facebook desde la cuenta del sindicato, @Sintradespy. Este espacio les permite estar en contacto con las afiliadas, que hoy son cerca de 300.

Los sectores más afectados en pandemia

De acuerdo con los datos proporcionados ayer a la prensa por el Observatorio de Igualdad y No Discriminación del Centro de Documentación y Estudios (CDE), a partir de estudios de Cepal, la pandemia del covid-19 afectó principalmente el empleo de las mujeres. Además, los dos sectores principales que concentran su fuerza laboral sufrieron caídas importantes: el empleo independiente o “cuentapropista” y el trabajo doméstico remunerado.

En nuestro país, muchas domésticas quedaron sin empleo por la pandemia y casi no recibieron ayuda estatal, ni de subsidio ni de kit de alimentos, según los datos del Sintradespy.

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