Se trata de Hipólito Flores González, condenado por la violación de una menor por un Tribunal de la Tercera Circunscripción Judicial de la República.
El Tribunal que sentenció la pena, integrado por los jueces Diana Arana (presidente), Eva Silva y Karina Ruiz Díaz halló culpable al acusado de coacción sexual y violación sistemática a una niña desde los seis años de edad. La víctima sufrió la agresión durante varios años hasta que, luego de cumplir 15 años de edad, se animó a realizar la denuncia.
Flores González fue acusado por la fiscal Zulma Brittos, quien había pedido una condena de ocho años de cárcel, mientras que la querella adhesiva solicitó diez años para el encausado. La defensa técnica estuvo a cargo de la defensora pública, Alicia Bartonchello.
El proceso judicial se desarrolló con la presencia virtual del acusado como parte de las medidas de prevención contra la pandemia del covid-19. Flores González siguió el juicio vía telefónica desde su prisión domiciliaria y por intermedio de su defensora, quien asistía a la sala de juicios orales.
Lo más curioso del caso es que no se hayan tomado precauciones para evitar una posible fuga.
Cuando los agentes policiales se presentaron en el domicilio del condenado, ubicado en la compañía Cerrito de Capitán Miranda, distante diez kilómetros al este de Encarnación, la capital departamental, para hacer efectiva la orden del Juzgado de trasladarlo hasta la cárcel regional de Cereso, pero ya no lo encontraron.