Rubén Rojas, quien perdió a un ser querido en la tragedia de aquel 1 de agosto de 2004, relató aún con visible dolor que, tras casi 17 años de aquel fatídico día, no encuentran consuelo y no solo eso, los agobia una enorme sensación de injusticia. Invitan para el domingo a toda la ciudadanía al acto que se realizará en el sitio del siniestro -como todos los años-, iniciando las actividades desde las 7:00, pero el acto central como siempre será poco después de las 11:00, cuando se recuerde la hora exacta del inicio del incendio.
Más que una recordación de un doloroso día, para las víctimas sobrevivientes y familiares de fallecidos este es un viacrucis de 17 años, deambulando en busca de justicia y anhelan al menos una reparación económica, que incluso muchos ya no percibirán, puesto que varios ya fallecieron esperando.
Rojas recordó que alrededor de medio millar de personas accionaron judicialmente para acceder a la indemnización, pero en la justicia apenas 30 prosperaron, mientras los bienes siguen guardados. Pero más que esto, Rojas recordó que los propietarios del comercio que habían sido condenados como, Juan Pio Paiva, ya se encuentran libres.
“Imaginate, alguien que secuestra está más tiempo y ellos que son responsables de más de 400 muertes ya están libres”, cuestionó Rojas, muy dolido. El mismo indicó que luego de la tragedia, tampoco los políticos se preocuparon en asistir a los sobrevivientes y familiares.
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Recordó que incluso habían planteado una proyecto de Ley de “Punto Final” para que finalmente se pueda dar una compensación a las víctimas, pero nada prosperó. El único logro relativo que tuvieron las víctimas fue el inicio de la construcción del memorial ubicado en la esquina de Artigas y Santísima Trinidad, pero que de vuelta se encontró con problemas que impiden que a estas alturas ya esté terminado y se convierta en sitio de memoria, que es lo que principalmente quieren.
Finalmente, Rojas insistió en la invitación a la ciudadanía, sobre todo apelando a que los jóvenes no olviden esta tragedia, que sin duda alguna tocó directa o indirectamente a millones de paraguayos.