Cargando...
La tormenta comenzó exactamente a media noche, se registró un fuerte viento y una intensa caída de granizos, antes siquiera de que comience a llover, según refirió Hilda Escobar, pobladora de la colonia Federico Chávez. Milagrosamente su casa no sufrió daños, salvo que se inundó de agua y barro, porque el vivienda se encuentra en una leve depresión del terreno.
Un gran vivero donde se cultivan tomates, ubicado a menos de 50 metros de la vivienda, sin embargo fue arrasado por el temporal.
A medianoche se escuchó un fuerte ruido, como un ronquido muy potente, e inmediatamente el viento, en forma de torbellino, golpeó lo que había, hizo volar techos, silos, árboles, fue impresionante. A la tormenta le siguió una intensa caída de granizos y lluvia, comentó Luis Casco, comerciantes de Capitán Miranda.
Nadie en la zona recuerda un fenómeno similar en los últimos años. La tormenta duró no más de 20 minutos, pero fue suficiente para tumbar árboles y arrancar techos, incluso una pesada y costosa construcción de mampostería construida por la Municipalidad local, a la entrada a la ciudad, sobre la ruta nacional PY06, fue totalmente arrasada por el vendaval.
Estamos haciendo una evaluación de los daños, pero en principio podemos hablar de pérdidas multimillonarias, señaló Luis Agruilera, presidente de un comité de productores de hortalizas de Federico Cháves, que nuclea unos 24 socios.
Al menos 20 invernaderos están destruidos, y muchos de ellos asumieron deudas para construir. Montar un invernadero lleva por los menos unos G. 15 millones, explicó el productor, y a estas pérdidas en infraestructura se suman los cultivos destruidos. En mi caso yo tengo cultivos de morrón, cebolla y tomates, y no quedó nada, señaló.
Los afectados están ahora en etapa de evaluación de daños, tratando de recuperar lo que puedan de sus infraestructuras, y luego ver a dónde recurrir. No descartaron pedir ayuda a través del Ministerio de Agricultura para superar la situación.