Monseñor Collar Noguera celebró este sábado 30 de abril, una misa en homenaje a los maestros, en el Centro Educativo Agroecológico San Isidro Labrador (Ceasil) de San Ignacio, Misiones.
En su homilía el obispo señaló que las maestras y los maestros son como la segunda madre y el segundo padre que educa en pos de una sociedad con cultura y valores.
Añadió que los maestros se dedican a los alumnos a quienes se dirigen; a quienes acompañan en su labor tan noble delicada que es la educación. “Cada 30 de abril recordamos el Día del Maestro en Paraguay. Esta fecha fue establecida en un Congreso de Educadores celebrado en el país en el año 1915, donde se resolvió restablecer como el Día del Maestro un día antes del trabajador”, explicó.
Subrayó que después de un largo periodo de encierro debido a la pandemia, que tuvo su efecto en todos los ámbitos de la sociedad y su organización, de manera particular, afectó enormemente a la sacrificada y valiosa tarea docente debido al aislamiento.
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“Aún así, muchos han llevado adelante su trabajo con todas las dificultades y riesgos que representa la pandemia para la salud y la misma vida. Pero hoy gracias a Dios, ya podemos ir retornando esta labor con mayor normalidad”, expresó monseñor Collar Noguera.
El obispo exhortó a los maestros a enriquecer la vida y la labor con la palabra de Dios y encaminar a la luz del Espíritu Santo de modo que no sea un simple trabajo profesional.
Al recordar los hechos de los Apóstoles explicó que la docencia es un “Ministerio de la Palabra, de la enseñanza; un trabajo delicado del maestro con el discípulo que cada vez se dan en mayor número requiriendo más esfuerzos, más horas de trabajo y más desafíos para la enseñanza”.
Al mencionar el salmo 32, el obispo Collar dijo que el acto docente es un verdadero gesto de amor que se expresa con la vocación de cada uno de los maestros. “La labor que realiza no tiene precio, es expresión del amor de Dios es un testimonio vivo imitando con fe al Maestro por excelencia que es Nuestro Señor Jesucristo”, enfatizó.
La docencia es una lucha constante contra la oscuridad desconocida y la monstruosa ignorancia, señala el prelado en otro pasaje de su mensaje dirigido a los maestros.
“El docente al ejercer su labor lo hace como Jesús que enseña con autoridad. Además es una de las obras de misericordia enseñar al que no sabe”, puntualizó Collar Noguera.
Recordó también las enseñanzas del papa Francisco y mencionó algunos fragmentos del mensaje del sumo pontífice: “yo les invito a ustedes profesores, a no perder los ánimos ante las dificultades y contrariedades, ante la incomprensión, la oposición, la desconsideración, la indiferencia o el rechazo de sus educandos, de sus familias y hasta de las mismas autoridades encargadas de la administración educativa. La educación es el mejor servicio que se puede prestar a la sociedad, pues es la base de toda transformación de progreso humano, tanto personal como comunitario”.
Isamar, víctima de la violencia
Al agradecer la labor de los maestros monseñor Collar Noguera recordó a la profesora Isamar Auxiliadora Cabral, víctima de la violencia. El obispo dijo que el asesinato de la maestra, es un hecho que enluta al país.
“Pongamos cada uno de nuestra parte para que la justicia, la seguridad y la paz sea una realidad entre nosotros”, manifestó.
Consideró a la labor docente como una de los servicios fundamentales que prestan y representan a la sociedad. “Que Jesús el Maestro les asista siempre con su gracia, les de salud y mucha luz para seguir testimoniando con vuestras vidas el amor de Dios a través de la misericordia de enseñar al que no sabe”, expresó monseñor Collar Noguera.
El Centro Educativo Agroecológico San Isidro Labrador funciona en la compañía San Antonio, distrito de San Ignacio, Misiones. Es una escuela agrícola dependiente de la Diócesis de Misiones y Ñeembucú.