Las erosiones que se observaron ayer en el kilómetro 62 de Caacupé eran muy peligrosas porque si hundían el asfaltado podían hacer perder la dirección a los vehículos y ocasionar una tragedia. La falta de protector hace que, cuando llueve, la base sea arrastrada por raudales e introduce la arena a la viviendas, perjudicando a sus ocupantes. Ante estas situaciones, los pobladores de la zona acudieron a la prensa y solicitaron ayuda.
Desde esta mañana, los trabajadores del Consorcio Rutas del Este están en el sitio con un tractor y azadas para juntar la arena acumulada y el material del asfalto que se desprendió. Este hecho llama la atención, pues aparentemente la constructora no previó la malla protectora o el empastado de la elevación que debería haber en el lugar para evitar las erosiones.
Al respecto intentamos hablar con algún representante de la constructora, pero no quisieron dar detalles sobre los trabajos que estaban desarrollando. Argumentaron que no estaban autorizados.
De momento, lo que se puede visualizar es a obreros que están retirando la arena acumulada para posteriormente cubrir las fisuras bajo el asfalto. Para el arreglo de la zona donde se ven las llamativas erosiones se cerró un carril y la circulación de vehículos está siendo dirigida por los trabajadores sin inconvenientes.
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Las erosiones están desde hace tres meses
Julio Ríos, poblador de la zona afectada, mencionó que las erosiones aparecieron desde la habilitación de la ruta, hace tres meses. La parte más notoria se encuentra en el kilómetro 62 de la ruta PY02 y resaltó que el estado de la parte baja de la capa asfáltica está erosionada desde hace tiempo y con cada lluvia se agrava.
Lo irónico es que en el tramo nuevo, de unos 600 metros, aparezcan las llamativas erosiones de la base, ya que si es un trabajo serio debería estar bien hecho. La situación preocupa a los pobladores porque al costado de la ruta se transita a pie y la pérdida de dirección por un desmoronamiento podría ocasionar accidentes lamentables.
“También necesitamos una canaleta que pueda detener un poco los raudales que se generan por las lluvias. Falta igualmente un paso peatonal para que podamos cruzar con seguridad al otro lado de la ruta, porque la rotonda que tenemos está a ocho kilómetros de nosotros. Es una pena todo lo que estamos pasando”, dijo Julio Ríos, poblador de la zona.

Más de 500 millones de dólares
Las obras de duplicación de la ruta PY02 están a cargo del Consorcio Rutas del Este (Sacyr SA y Ocho A). El Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) adjudicó los trabajos mediante la APP (Alianza Público-Privada) a un costo de más de 500 millones de dólares y abarca desde Ypacaraí (Dpto. Central) hasta Pastoreo (Dpto. de Caaguazú). Es la obra vial más cara de la historia del país.
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