“En un principio me propusieron hacer un árbol gigante con botellas recicladas, pero les sugerí un pesebre, algo con lo que nos identificamos más como paraguayos. La idea causó un mayor impacto y así empezamos”, explicó Diarte.
El artista detalló que la obra se construyó a pulmón durante los primeros años, con la ayuda de la comisión y de una empresa de bebidas que donó botellas defectuosas.
Cada figura alcanza los 2,5 metros de altura y está compuesta por unas 500 botellas, utilizando diferentes tamaños según el personaje. Los animales, en cambio, fueron elaborados con botellitas más pequeñas, lo que demuestra la paciencia y dedicación de quienes participan en su armado.
Con el paso de los años, el pesebre fue creciendo y sumando nuevos personajes que hacen que la escena sea cada vez más completa y llamativa:
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
Primero se empezó con la Sagrada Familia, luego la incorporación de los tres reyes magos, el pastor con sus tres ovejas, los camellos, vaca, burro y gallo.
Cada año, el pesebre se ha convertido en un símbolo de trabajo en equipo y creatividad. Además, se integró el Paseo Principal, diseñado en conjunto con la municipalidad y la comisión de eventos, que cambia su decoración cada año, ofreciendo nuevas sorpresas a quienes visitan el sitio. Este 2025, por ejemplo, se incluyeron luces circulares LED de colores, regalos de diferentes tamaños, velas y esferas, todas hechas con material reciclado, que crean un espacio cálido y lleno de fantasía.
“La obra es un esfuerzo colectivo: electricistas, carpinteros, voluntarios y funcionarios trabajan cada año con esfuerzo y entusiasmo para que todo esté listo para esta época ”, señaló Diarte.
“Es muy gratificante ver cómo las familias llegan, se emocionan y valoran el trabajo que hacemos. Eso nos motiva a seguir mejorando en cada edición”, resaltó.



Creatividad y compromiso ambiental
El pesebre ecológico de Isla Pucú no solo refleja la creatividad local, sino también un compromiso con el cuidado del medio ambiente, transformando lo que sería desecho en arte que une tradición, cultura y sostenibilidad. Además, genera un impacto positivo en la comunidad al promover valores de reciclaje, cooperación y respeto por la naturaleza, mientras mantiene viva una de las tradiciones más queridas de la Navidad.
Lea más: Arranca la Expo Pesebre en Areguá, con mas de 30 días de arte y tradición
Sin dudas, el paseo central de Isla Pucú es un punto de encuentro para la familia y la comunidad, donde la creatividad y la conciencia ambiental se transmiten con la misma intensidad que las luces que iluminan el pesebre, recordando a todos que la Navidad también puede ser un momento para cuidar el planeta y celebrar juntos.
Lea más: Artesanas de Tobatí celebran la inclusión ñai’ũpo en la lista de la UNESCO
