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La festividad se guía por el calendario lunar, por lo que no siempre cae en la misma fecha, pero por lo general suele ser entre los últimos días de enero y los primeros días de febrero. Este año, la gran fiesta será mañana, 5 de febrero. Este evento está marcado por numerosas tradiciones y costumbres, que reflejan las creencias y las virtudes de los pueblos orientales.
En nuestro país, la comunidad china anticipa la fiesta y prepara los rituales, el menú y la vestimenta especial, para recibir el año 4717, el año del cerdo.
Entre los rituales previos a la llegada del nuevo año, los chinos se dedican a la oración y la meditación, como lo mencionó Wai “Wini” Ling, propietaria del restaurante Fusin, de Asunción. Ella vive en el país a hace más de dos décadas y planea para esta noche una cena en familia.
Las comunidades chinas en Paraguay aprestan encuentros familiares, para los que se ambienta la casa con ornamentos que se cree atraen la suerte. También se sirve una abundante menú para repeler la escasez y la pobreza.
Antes de colocar los adornos, se realiza una limpieza profunda de cada rincón de la casa, para purificar y renovar el ambiente. Luego se alista la decoración, en la que predominan los farolitos, unas deslumbrantes linternas de luz que tienen como fin captar las “buenas vibras” de la temporada.
No pueden faltar ramas de árboles de mandarina o naranja y tampoco ramitas de cerezo. Para llamar a la buena fortuna se colocan carteles con mensajes que buscan atraer lo positivo. Los colores rojo y dorado son protagonistas del decorado, pues son los tonos que atraen la riqueza, la prosperidad, la vitalidad y la felicidad.
También es costumbre colocar dinero en unos sobres de papel rojo con inscripciones en dorado, para entregar como regalo a los niños, según explicó Ling.
Otra de las claves de las celebración es llevar la vestimenta adecuada para obtener todos los favores del año que se avecina. Lo usual es usar un atuendo de seda roja, con estampados de soles y flores doradas.
Uno de los momentos más importantes del festejo es la cena donde se comparte un tiempo de reflexión y se recuerda a los antepasados. También es infaltable el show pirotécnico, que llena de luz el cielo y cuyo estruendo limpia las energías y renueva el ambiente para el año entrante.
El menú básico de la cena incluye pollo, pescado, camarones, empanaditas chinas y torta de nabo, detalló Ling. Entre los platos más buscados están el pescado frito, como símbolo de la prosperidad, ravioles y rollitos primavera, como signo de riqueza, las bolitas de arroz, en virtud de la unión familiar y también tiene que haber frutas para llamar a la abundancia.
Además, si se desea una posición más alta en la sociedad, un ascenso o ganar más, en la mesa no puede faltar el budín de arroz. Para obtener longevidad, tiene que haber tallarines largos.
Como parte de la celebración no pueden faltar la danza de dragones y leones, con música tradicional y performances, que por lo general es presentada por los niños.
Ricardo Chiu, encargado de prensa de la Embajada de la República de China (Taiwán) en Paraguay destacó que el Año Nuevo Chino es como la celebración navideña para occidente. “Es el festival más importante del año, es la celebración más importante que se vive en familia”, resaltó.
Contó como que previa a los festejos se tiene una semana de vacaciones, pues muchos miembros de la familia que están fuera del país, acuden a sus hogares para pasar la festividad con sus seres queridos.
Como los meses y el zodiaco, el calendario chino asigna a cada año un animal. Siempre siguiendo este orden los años son asignados como rata, buey, tigre, conejo, dragón, serpiente, caballo, cabra, mono, gallo, perro y cerdo. Este último corresponde al año que comienza ahora y cierra el ciclo de 12 años.
Wai “Wini” Ling expresó que en general el año del cerdo es bueno. Se lo relaciona con la renovación y descanso. Esta filosofía milenaria le atribuye al signo el amor y le generosidad, por lo que será un año de buen augurio, de mucha alegría y armonía.
Pese a que hay numerosas familias chinas radicadas en el país, no se realiza una celebración oficial convocada por la embajada. A diferencia de las comunidades que en otros país hacen desfiles en las calles y festejos rimbombantes, en Paraguay la fecha se recuerda en familia, con fiestas íntimas.
En este contexto Chiu destacó que en Asunción no se hacen grandes celebraciones pues en mayor parte las familias prefieren viajar y aprovechar la temporada de vacaciones para reunirse con sus allegados.
Además, señaló que en la capital no hay una comunidad china importante y que la mayor población de residentes chinos en el país, está en Ciudad el Este.
Tampoco los locales gastronómicos ofrecen menús o promociones especiales para atraer a los comensales que gustarían conmemorar la ocasión a la usanza tradicional china.