Espionaje: evitan hablar de juicio político

El diputado oficialista Mario Cáceres no quiso referirse a si el espionaje telefónico de militares a una periodista por orden del general Garcete es motivo para un juicio político. Se limitó a señalar que los pinchazos le parecen “de muy mal gusto”.

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El parlamentario colorado fue abordado en torno a las publicaciones de ABC Color sobre la manera en que se usaron equipos y personal de lucha contra el EPP para espiar los teléfonos de una periodista que revelaba irregularidades en las Fuerzas Militares. La orden de “pinchazo” fue emitida por el general Luis Garcete, quien aparentemente se obsesionó por saber quién fue el “traidor” que filtró datos sobre la manera en que él y su esposa, la “generala” Lucía de Garcete, usaban recursos de las Fuerzas Armadas para fines particulares.

En contacto con radio ABC Cardinal, Cáceres no quiso ahondar en el tema y se excusó señalando que aún no tuvo tiempo de interiorizarse en el punto. “Me parece que está mal, no debería ser la forma... Pero habría que ver, no tengo la certeza tampoco de que esto sea cierto”, manifestó. Al señalársele que una situación de esta naturaleza podría derivar en un juicio político, considerando la gravedad, evitó referirse a tal posibilidad. “No puedo decir... Porque no entré en el tema. No quiero juzgar al Presidente ni al comandante de las Fuerzas Militares...”, indicó.

En otro momento, Cáceres aceptó que los “fonopinchazos” le parecen “de muy mal gusto”. Eso no correspondería; yo creo que dentro de la bancada se debe tocar esto, que es de interés, porque son temas de interés general y corresponde que la bancada esté tomando este tema, analizando y viendo qué hacer con esto”, refirió.

Los pinchazos a las comunicaciones de la periodista de ABC Color se iniciaron el 2 de julio pasado, cuatro días después de que la misma publicara un artículo bajo el nombre “Esposa de jefe militar planillea en las FF.AA.”. Inicialmente, apuntaron a su celular corporativo y el 4 de julio pasaron a espiar su celular particular.

Aparentemente, el general Luis Gonzaga Garcete, comandante de las Fuerzas Militares, buscaba a toda costa dar con algún responsable que estuviera filtrando datos sobre las irregularidades bajo su gestión. Su obsesión llegó a tal punto que trasladó a Asunción equipos y personal destinados inicialmente a la lucha contra al EPP, a fin de realizar el cruce de llamadas de la comunicadora.

Lo más grave de todo es que estas movidas de recursos debilitaron la dotación en el Norte y en el mismo periodo ocurrió el secuestro del adolescente menonita Franz Wiebe.

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