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El ensordecedor sonido de la motosierra es el compañero fiel de trabajo de Elías Orrego, artista escultor en madera, quien desde hace décadas se dedica a tallar figuras pequeñas, medianas y grandes. Imágenes costumbristas, religiosas y más. Tiene 36 años y es el segundo de cinco hermanos de una familia de artistas de Tobatí.
Elías, mediante el apoyo de la empresa Stihl -que vende motosierras, desmalezadoras e implementos-, talla enormes troncos de madera frente al stand de la firma en la Expo 2016. Elías cuenta que en la exposición tiene un poco más de visibilidad, ya que por parte del Gobierno no existe iniciativa para promover y, sobre todo, para preservar las artes que se desarrollan en Tobati.
En esa ciudad se puede contar con una mano la cantidad de familias que se dedican a la artesanía y es que es difícil obtener un buen margen de ganancia, dice. Se sobrevive por amor al arte y no debe ser así, deja claro.
La motosierra, su más reciente instrumento para tallar madera, la adquirió hace dos años, después de participar en una competencia mundial de artesanía en China Continental, donde talló la figura más difícil de su carrera, cuenta. Allí vio la técnica del tallado con motosierra y apenas regresó a Paraguay se puso manos a la obra para aprender. Esa fue una obra grande y ganó el concurso. A nivel local, lo que más se vende son las figuras pequeñas.
Su padre, Andrés Orrego, un técnico en Química Industrial, lleva más de 40 años en el mismo oficio artístico. Su esposa, dice, es sobrina del reconocido artista Zenón Páez. Como no encontraba buena remuneración en su oficio, porque -según dice- en Paraguay a los técnicos se los considera obreros como cualquier otro, se jugó por la artesanía.
Como padre, don Andrés está orgulloso de que todos sus hijos sepan de escultura y que se interesen por conservar la tradición del arte.