Muerte de Pablo desnudó realidad de Ypejhú

La esposa del asesinado exintendente de Ypejhú, Julián Nuñez Benítez, Fanny Fernández, reconoció que de no haberse dado el crimen de Pablo, el caso de su esposo habría quedado impune. Rememoró que Pablo seguiría el caso de su esposo “hasta la muerte”.

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El 1 de agosto de este año, Julián Núñez Benítez, caía abatido al salir de la universidad, tras ser acribillado por sicarios enviados aparentemente por el clan Acosta de Ypejhú, encabezado por el prófugo exintendente Vilmar “Neneco” Acosta. Su pecado: sus intenciones de volver a postularse como jefe comunal.

Su esposa, Fanny Fernández de Núñez, en conversación exclusiva con la 780 AM, rememoró aquel fatídico día en el que su marido era asesinado en plena vía pública y ante la vista de personas que prefirieron guardar silencio, por el terror que causaba el por entonces jefe comunal Acosta, también sindicado como autor intelectual de la muerte del periodista Pablo Medina.

Y era justamente Pablo el que denunció la falta de investigación en este caso, que según lo admitió la propia Fanny, habría quedado impune de no haberse dado el del periodista. “Sinceramente no (habrían investigado), porque el caso de Julián ya estaba encarpetado, nadie hacía nada", apuntó.

Reveló que nuestro corresponsal le prometió “ir hasta la muerte” para dilucidar el caso de su esposo. Y ese día llegó, el 16 de octubre de 2014, cuando Pablo moría de la misma manera. A raíz de esta situación, recién este jueves se libró orden de captura para los responsables del hecho, cuatro meses después del asesinato.

Fanny recordó que aquel fatídico día, el cuerpo de su esposo permaneció casi toda una noche en el mismo lugar del crimen para que concurrieran las autoridades del Ministerio Público. “Hubo momentos en que perdía la esperanza de que algún día se esclareciera este horrendo crimen”, admitió.

Tras la muerte de su esposo, Fanny y sus dos hijos debieron salir de la ciudad de Ypejhú, debido a las amenazas de diversa índole que recibían. “Día y noche nos amenazaron y nos hacían la vida imposible”, indicó.

Sostuvo que quizás lo que “desesperó” a Neneco fue el apoyo que su marido ya recibía por parte del pueblo ante su inminente candidatura. “Y le quitaron la vida a mi esposo, que nunca usó ningún arma, y lastimosamente una persona como él tuvo que morir así”, lamentó.

Finalmente admitió que la muerte de Pablo permitió que la realidad del distrito saliera a la luz. “Muchos no sabían la realidad de Ypejhú. Lo que hemos pasado muchos años con la mafia de los Acosta, empadrinados por políticos lastimosamente”.

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