¿Picanas o pistolas eléctricas?

Ángel Ireneo Gayoso Candia, de 41 años, subió el martes en horas de la madrugada al techo de la farmacia PuntoFarma ubicada sobre Azara y México, en el centro de Asunción. Al bajar, se resistió y mordió a los policías que intervinieron en el caso.

El oficial 2º Óscar Cáceres, de la comisaría 3ª metropolitana, fue uno de los mordidos por este vándalo. “Recibimos la llamada del 911; cuando llegamos vimos a este sujeto cortando los cables”, contó en conversación con radio ABC Cardinal este miércoles. Los policías redujeron al hombre cuando bajó a través de una columna por el riesgo de que se fugue corriendo.

Este hecho, en parte jocoso, reabrió el debate sobre si los agentes de Policía deben o no usar artefactos eléctricos como picanas o pistolas eléctricas para facilitar la detención de sujetos que se resisten a ser apresados en la comisión de un delito flagrante.

Uno de los motivos por los cuales esta persona se resistió con fuerza fue porque habría consumido drogas y alcohol, según el oficial Cáceres. Entre sus pertenencias se encontró una pipa para consumir crack, una de las drogas más peligrosas.

“Tratamos de evitar lastimar lo menos posible. Es algo difícil nuestra tarea. Ahora ya no podemos intervenir de forma arcaica con la violencia. No tenemos elementos, no estamos facultados a usar la picana eléctrica o la pistola eléctrica”, dijo Cáceres.

“Estaba bajo los efectos de algunas sustancias, además del alcohol. No llegó a sentir nada. Nosotros sabemos que el borracho o la persona que consumió sustancias tiene la fuerza de un animal. Una vez reducido, fue derivado a la comisaría 3ª metropolitana. Hasta el momento sigue allí; hoy determinará el juzgado”, concluyó.