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Riveros fue denunciado por presuntamente incumplir el sexto mandamiento de la Iglesia Católica que dicta “no cometerás actos impuros“, por lo que el arzobispo metropolitano Edmundo Valenzuela dispuso su suspensión inmediata que ya se produjo el pasado 14 de junio, cuando se conoció la denuncia, según confirmó el presbítero Nelson Acosta, vicario judicial.
Acosta explicó que con esto Riveros está impedido de celebrar misa, entre otras disposiciones, mientras se realiza la investigación, que normalmente puede durar unos 2 meses. Los presbíteros están incluidos en la obligación de cumplir el celibato.
Según datos extraoficiales, el propio arzobispo Valenzuela, antes de tomar la medida, se habría presentado al despacho de Riveros en la parroquia y le invitó a desalojar la casa parroquial antes de 24 horas.
La decisión sorprendió a la feligresía porque no fueron informados de los motivos de la suspensión y lo que más llamó incluso la atención es que el viernes la misa ya fue presidida por otro sacerdote y que el párroco no apareció y ni siquiera se despidió de su feligresía.
Riveros fue secretario canciller del arzobispado, superior de Seminario Mayor, vicario pastoral de la Arquidiócesis y por muchos años párroco en Fernando de la Mora. Además cuenta con el rango honorífico de monseñor.
Este nuevo escándalo en la Iglesia Catolica ocurrió a días de beatificación de Chiquitunga y el Arzobispado tomó las decisiones aunque esto implique una mancha al momento festivo que vive la Iglesia.