El sector de servicios marcó el ritmo económico en 2025

En septiembre, los servicios registraron un crecimiento interanual del 7,7%, con un acumulado de 5,4% en los primeros nueve meses del año, de acuerdo al Imaep.
En septiembre, los servicios registraron un crecimiento interanual del 7,7%, con un acumulado de 5,4% en los primeros nueve meses del año, de acuerdo al Imaep.Supatman

Entre proyecciones del PIB, indicadores de actividad y cifras de ventas, todos los termómetros apuntan en la misma dirección: el sector de servicios se consolidó como el principal motor de la economía paraguaya en 2025. Comercio, logística, finanzas, turismo y servicios empresariales empujan un ciclo de crecimiento que combina consumo, formalización, digitalización e inversión, pero que también deja al descubierto desafíos estructurales de cara a 2026.

La economía paraguaya transita este 2025 con un patrón cada vez más claro, donde el sector de servicios se convirtió en el principal motor del crecimiento. No se trata de una percepción polarizada ni de un fenómeno puntual, sino de una convergencia nítida entre los principales indicadores del Banco Central del Paraguay (BCP), que desde distintos ángulos confirman el mismo pulso.

A nivel anual, el producto interno bruto (PIB) proyecta una expansión de 5,3% para el sector terciario, con el comercio liderando con un crecimiento del 7%, mientras que el conjunto de “otros servicios” avanza en torno al 5,2%, según la última estimación.

En el plano de la actividad mensual, el Indicador Mensual de Actividad Económica del Paraguay (Imaep) refuerza esta tendencia: en septiembre, los servicios registraron un crecimiento interanual del 7,7%, con un acumulado de 5,4% en los primeros nueve meses del año. A esto se suma el Estimador de Cifras de Negocios (ECN), que muestra un incremento interanual del 8,4% en las ventas, con fuerte impulso en comercio y servicios.

Leídos en conjunto, estos números confirman algo más profundo que un buen año, ya que la economía paraguaya se está apoyando, cada vez con mayor peso, en el entramado de los servicios como base de su dinámica productiva y comercial.

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El ritmo de ventas mostró una buena dinámica, tanto durante el año como en términos interanuales.
El ritmo de ventas mostró una buena dinámica, tanto durante el año como en términos interanuales.

Por qué los servicios crecen cuando otros se desaceleran

Para Alexandre Perini, economista y analista financiero especializado en desarrollo económico, una de las principales claves del buen desempeño del sector servicios en 2025 está en su capacidad de adaptación casi inmediata a los cambios del consumo. “Mientras otros sectores dependen de ciclos largos o de factores externos difíciles de manejar, los servicios reaccionan casi en tiempo real: cambian con los hábitos de las ciudades, con la digitalización y con ese consumo cotidiano que no se detiene”, explica.

A este rasgo estructural se suman condiciones macro que, sin ser excepcionales, resultan suficientes para sostener la tracción. Perini señala que el escenario de inflación más moderada y una recuperación paulatina del empleo formal devolvieron a las familias un margen mínimo de previsibilidad. “Son mejoras pequeñas, pero suficientes para permitir que la gente vuelva a decidir cómo y dónde gastar”, sostiene.

En este contexto, el sector servicios opera como un amortiguador de la actividad económica. Avanza incluso cuando la macro todavía muestra fragilidad, precisamente por su cercanía directa con el consumo diario. Para Perini, esa combinación entre flexibilidad, digitalización y demanda cotidiana explica por qué el sector logra destacarse en un año en que otros segmentos de la economía todavía exhiben comportamientos más irregulares.

Del dato a la calle: la mirada del comercio y los servicios

Desde la óptica propia del comercio y los servicios, el 2025 se vive como un año de dinamismo sostenido, con múltiples sectores empujando en simultáneo. Para Ricardo Dos Santos, presidente de la Cámara Nacional de Comercio y Servicios del Paraguay (CNCSP), el desempeño del transporte, las exportaciones, el sistema financiero y el turismo explican buena parte del pulso actual.

Desde el sector transporte, por ejemplo, vamos a superar levemente los números del año pasado en movimiento de contenedores”, señala. En granos, destaca que, pese a un inicio complejo, “finalmente fue un año bueno, con precios que acompañaron”, mientras que en carnes el balance es categórico: “la carne tuvo un año fabuloso en exportaciones, exitoso desde todo punto de vista, con nuevos mercados y un crecimiento muy importante del sector porcino”.

Dos Santos también subraya el rol del sistema financiero en la formalización de la economía. “La bancarización es clave para que toda la economía pueda seguir creciendo”, afirma, destacando el acceso a créditos más estructurados y a tasas más competitivas, lo que impulsó la venta de vehículos financiados y, en paralelo, el crecimiento del sector asegurador.

En el plano comercial, el dirigente destaca el fuerte movimiento del turismo de compras en Ciudad del Este, Asunción y Encarnación, junto con un fenómeno relevante: “se acabó prácticamente el contrabando masivo”, impulsando un comercio formal mucho más cuantificable. Para Dos Santos, ese proceso también explica por qué el dinamismo actual se refleja con mayor claridad en las estadísticas oficiales.

El nuevo consumidor paraguayo

Detrás del empuje comercial y de buena parte del sector servicios hay un cambio silencioso, pero profundo, en el comportamiento del consumidor paraguayo. Para Alexandre Perini, ese giro explica por qué los márgenes y los volúmenes comerciales vienen superando las previsiones iniciales del año.

El consumidor de hoy es más selectivo, pero no necesariamente más austero: busca calidad, rapidez y conveniencia, y cambia de marca o de canal sin dudar si encuentra una mejor relación precio-beneficio”, explica. En ese marco, se consolidó un consumo híbrido, que combina canales digitales y presenciales, junto con una preferencia por compras más frecuentes y de menor volumen, lo que beneficia a los comercios que mantienen precios competitivos y buena disponibilidad.

Perini sostiene que ya no se trata de un consumo impulsivo, sino de un consumidor que compara, evalúa y decide con más información. “Hoy el paraguayo consume por estrategia”, resume. Ese cambio premia a las empresas que invirtieron en digitalización, logística, experiencia de usuario y eficiencia operativa.

Este nuevo perfil de consumo que se va gestando no solo explica el repunte del comercio, sino que también reconfigura la forma en que los servicios se organizan, compiten y crecen en un entorno donde la demanda ya no responde tanto a la espontaneidad, sino a la conveniencia, la transparencia y la velocidad de respuesta.

La banca matriz prevé un mejor comportamiento con relación al PIB para los tres sectores de la economía.
La banca matriz prevé un mejor comportamiento con relación al PIB para los tres sectores de la economía.

“Otros servicios”, productividad y diversificación

Dentro del bloque de servicios, el crecimiento del componente de “otros servicios” —que avanza en torno al 5,2% según las proyecciones del Banco Central— refleja una combinación de diversificación sectorial y mejoras en productividad. Para Perini, este desempeño no puede leerse únicamente como un rebote coyuntural.

“Este crecimiento es una mezcla interesante: por un lado, aparecen señales claras de diversificación, con más empresas de servicios profesionales y un crecimiento sostenido en tecnología, consultoría, logística y servicios corporativos; por otro, todavía hay un componente de recuperación en actividades que habían quedado rezagadas”, explica. Sin embargo, el rasgo que hoy empieza a pesar con más fuerza es el salto cualitativo en eficiencia.

Perini señala que muchas empresas de servicios aceleraron la adopción de herramientas digitales, reorganizaron procesos internos y ajustaron estructuras de costos. Ese proceso permitió operar con mayor agilidad, menos fricción y mejores tiempos de respuesta. “Ese cambio en la forma de trabajar ya no depende solo del ciclo económico; empieza a depender de cómo se gestiona la productividad”, remarca.

En ese contexto, el crecimiento de “otros servicios” deja de ser únicamente una reacción al entorno y se convierte, de manera gradual, en una expresión de mayor madurez del sector, con impacto directo sobre la competitividad general de la economía.

Infraestructura, Estado y alertas fiscales

Si bien el desempeño del sector servicios resulta ampliamente positivo, desde el ámbito gremial también emergen alertas de fondo vinculadas al rol del Estado y a los desafíos estructurales que condicionan la sostenibilidad del crecimiento. Dos Santos introduce una salvedad relevante sobre la forma en que ciertas variables influyen en las estadísticas oficiales. “Como se publican los datos del Banco Central, se incluyen dentro de servicios a los servicios gubernamentales, que tuvieron un crecimiento importante. Eso empuja la estadística para arriba, pero es muy difícil medir el impacto real en la sociedad”, advierte.

El presidente de la CNCSP también expresa preocupación por la dinámica fiscal. Menciona que el presupuesto 2026 incorpora un incremento significativo del gasto corriente, especialmente en salarios. “Esto es una mochila que todos los paraguayos vamos llevando a la espalda cada vez más, y cuya contraprestación es difícil de medir”, sostiene.

En paralelo, coloca el foco en la infraestructura como condicionante crítico del futuro económico. Para Dos Santos, no desacelerar la inversión en rutas, tratamiento de agua, distribución eléctrica y obras públicas en general es clave para no frenar el ciclo de crecimiento. Pero plantea, además, un desafío de mayor alcance: “El gran reto de los próximos diez años es cómo Paraguay va a seguir generando energía confiable para sostener su crecimiento industrial. Hoy vemos planes limitados, que podrían llevarnos a un techo en siete, ocho o diez años”. Una advertencia que trasciende coyunturas y se instala como cuestión estratégica de país.

Exportación de servicios, nuevos motores y un desafío

Entre las nuevas palancas que comienzan a ganar peso dentro del sector servicios aparece con fuerza el desarrollo de centros de servicios, outsourcing y exportación de conocimiento, un segmento que, si bien todavía es incipiente en términos macro, muestra un crecimiento acelerado. Desde la óptica gremial, Dos Santos reconoce el potencial, pero advierte que el principal límite hoy pasa por la disponibilidad de mano de obra calificada. “Es fabuloso que haya un alto grado de empleo en estos centros de servicios, pero eso también empuja la demanda de talento, presiona los salarios y puede tener impacto sobre la inflación”, señala.

En la misma línea, Alexandre Perini considera que la exportación de servicios representa una oportunidad estructural para Paraguay, siempre que se avance en formación, conectividad y reglas claras. A diferencia de los bienes, gran parte de los servicios permiten escalar sin requerir grandes infraestructuras físicas, pero sí demandan capital humano, estabilidad macro y un entorno institucional previsible.

De cara a 2026, ambos coinciden en que el escenario continúa siendo auspicioso, pero condicionado. Dos Santos pone el acento en la necesidad de ordenar las cuentas del Estado, cumplir con los pagos a proveedores y sostener la inversión pública. También mira con expectativa la evolución de la próxima cosecha de soja y los precios internacionales como factores que seguirán teniendo un efecto derrame sobre el comercio y los servicios.

La conclusión es clara: los servicios pasaron a consolidarse como el motor del ciclo económico actual, pero su desafío ya no es crecer, sino sostener ese crecimiento con bases productivas, energéticas, fiscales y laborales sólidas.