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Llamativamente los privilegiados en su mayoría pertenecen al departamento de Alto Paraná: el clan Zacarías Irún, el fiscal adjunto Humberto Rosetti, el juez marino Méndez, entre otros.
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Las juezas Cinthia Garcete y María de Fátima Burró firmaron el “blanqueo” correspondiente. Si el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados, a cargo del “Tano”, hace la vista gorda, estamos fritos.
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Y los de Añetete también son los grandes beneficiados en esta historia, pese a que los méritos sobran con los “mouse” y “teclados de oro” en el Ministerio de Salud.
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Hasta ahora están solo detrás de las empresas que hicieron las compras fallidas con dinero público y nadie importante del Gobierno y de los ñembo empresarios están presos.
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En contrapartida, el “garrote” de Sandra Quiñónez cayó sobre Efraín, la activista contra la corrupción Esther Roa y otros por violar supuestamente la cuarentena. Pero a Karim Salum y Macri le perdonaron.
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Lo llamativo del caso es que la fiscalía sufre amnesia selectiva. La doctrina de Quiñónez, según la fiscala Liliana Alcaraz, es que el Ministerio Público no puede intervenir de oficio. Sin embargo, el Art. 290 del Código Procesal Penal dice lo contrario.
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Cabe preguntarle a la fiscala Alcaraz si ella no se enteró nomás que existe ese artículo o es una orden de Sandra borrar ese artículo.
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Sería bueno que el Jurado le convoque y le pregunte a la fiscala este “olvido”.
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Vamos a ver de qué lado está el Senado cuando analice mañana el veto del Ejecutivo sobre las sobrefacturaciones de la ANDE y Essap. La ciudadanía espera que se comporten como representantes del pueblo.
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El ministro Dany Durand sigue sin exhibir la estructura de costos para identificar en qué eslabón está el encarecimiento por el dólar americano.
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El Gobierno sigue sin informar a la ciudadanía sobre el Anexo C de Itaipú. Como en la dictadura, manejan con secretismo el tema. Vamos a llegar al 2023 y los brasileños, si no encuentran una férrea defensa paraguaya, anexarán la hidroeléctrica.
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Parece que los “popeyes” de la frontera no llegaron a un acuerdo en la tarifa por el “pase free” y se vino el tiroteo. De ahí surge el castigo físico. Así dicen.
