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Según el abogado del zigzagueante diputado de Paraguarí, el perito desmiente en su informe a la Fiscalía de Sandra Quiñónez.
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El informe del perito de la Fiscalía Lic. Darío Oviedo confirmó el viernes pasado que las planillas de asistencia de los tres supuestos caseros del parlamentario colorado, en la Cámara de Diputados, fueron llenadas por distintas personas.
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Vale decir, que el informe pericial complica a caseros del diputado Rivas. ¡Lamentable!
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Vemos que este caso del legislador cartista de Paraguarí forma parte de uno de “artículos” del funesto pacto de la unidad consumado por la operación “cicatriz”.
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El funesto pacto entre Marito y Cartes nada bueno puede traer al país. Ya lo decía Juancho “El Lagarto”, en otro arranque de sincericidio, de que la “llegada al final del mandato” de Mario Abdo “en buena situación nos conviene a todos más allá de que entre o salga el cigarrillo”.
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La Fiscalía de Sandra no atina a reaccionar por el sospechoso aumento de patrimonio del yernazo concejal de Lambaré, según las declaraciones juradas.
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La Constitución establece en su artículo 268 que el Ministerio Público debe actuar de oficio para defender el patrimonio público e incluso le faculta a pedir informes sobre los funcionarios.
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Sin embargo, la fiscala general, Sandra Quiñónez, ignora la disposición y no indaga el sospechoso enriquecimiento de altos empleados del Estado, revelado en las declaraciones juradas.
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Preguntó un amable lector qué labor específica realiza el ministro de Desarrollo Social, Mario Varela. También nos preguntamos lo mismo.
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Escarbando en el archivo, vemos que Varela, diputado con permiso de Caaguazú, se dedica solo a gestionar los aportes sociales Tekoporã y otros subsidios para familias en situación de pobreza.
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Viendo la grave situación de familias enteras sin trabajo y pasando hambre, este funcionario, con aspiración al sillón del Gral. Caballero, negó su inoperancia pero no estuvo en el frente de batalla en la asistencia alimentaria.
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Hace poco, su jefe, el actual inquilino del Palacio de López, dijo que no aceptaba las críticas de aquellos que no hicieron ni una olla popular.
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Marito debe revisar su Gabinete de oficinistas que no salen de sus zonas de confort. La lista es larga. La ciudadanía lo exige.
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Ahí le tenemos, por citar, al ignoto Peralta Vierci del bueno para nada Ministerio de Tecnologías de la Información y Comunicación. El nuevo ente no está solo para realizar lindos programas de cocina.
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El administrador del pensador de tierra adentro, “Mangui” Alliana, un tal Solís, no contento con ubicar a su media toronja en un alto cargo, ahora pretende ubicarse como secretario general administrativo, según versiones de gente que sabe.
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Todo con el fin de asegurar un buen sueldo. Esto a pesar de que siendo director general administrativo tiene una remuneración total de G. 30 millones y “sin perjuicio de sus funciones” sigue figurando como director del SEIL, cargo que no ocupa ningún otro funcionario.
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La diputada Marlene Ocampos busca su blanqueo en el operativo “cicatriz”. Se pasó al bando del achupinado.