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Las señales no son buenas. En la cámara de la vergüenza campea la impunidad. Ni siquiera dejan que haya investigación y se niegan al simple desafuero de sus pares, como en el caso de Noguera.
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Se ofendió anga Pedrito Alliana porque afectan la “independencia” de su cámara, por el pedido de que tengan un poco de dignidad y saquen del JEM al impresentable de Rivas.
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A Allianita no se le mueve un pelo por la partida de sinvergüenzas impunes que cobijan en ese “honorable” antro.
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Designaron un sujetoide que ni título de abogado posee para juzgar a jueces, fiscales y defensores públicos; tienen entre sus pares a acusados por tráfico de influencias, enriquecimiento ilícito y narcotráfico.
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Y se enoja, ndajeko, porque le instan a dejar de dar vergüenza ajena y aunque sea procurar dar una imagen un poquito más decente que la que tienen.
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Otro que se hace el enojado es Bachi Núñez, descalificando las informaciones periodísticas sobre el título trucho de abogado de Hernancito Rivas.
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Bachi debería leer mejor porque la publicación incluyó facsímiles de documentos oficiales que prueban que el título de su protegido es “kachiaî”.
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Hay algunos que están nomás acostumbrados a pisotear las leyes e imponer el mbarete como norma.
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Lo del Registro Civil es un caso digno para un capítulo de la serie de Netflix sobre Misterios sin Resolver. Ahora nos quieren meter el cuento de que toda una base de datos por la que pagamos US$ 4 millones desapareció.
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Obviamente, esa desaparición va a permitir que se liberen otros US$ 4 millones para que los muchachos hagan estos trabajo$. Hasta ahora, nadie habló de buscar al responsable.
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Ni trabajo práctico de primaria se hace sin tener copia de seguridad. Pero Peralta Vierci nos quiere hacer creer que la base de datos de nacimientos, casamientos y defunciones se esfumó sin más. Todo muy raro.
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La fiscalía dio marcha atrás con su apuro inicial por inhumar los cuerpos de las abatidas en el episodio ocurrido en el campamento del EPP.
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Lo mejor es aclarar bien los hechos, para evitar las dudas y especulaciones.