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El líder de la bancada cartista Bachi Núñez, el integrante del partido de hombres libre$ alquilado por el Patrão, pretende hablar de honorabilidad. Ñandejára... Tal vez hizo una broma.
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Este sujetoide y sus compinches se molestan porque una colega dijo que una buena parte de ellos están en sus curules gracias al dinero sucio. Gran novedad.
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A estos impresentables no les debiera preocupar salir en el diario, porque nada cambiará la deplorable imagen que tienen y su malísima reputación ante la opinión pública. Ni aunque se hagan Photoshop.
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Si no saben cuál es la opinión de la mayoría de la gente sobre ellos es porque no miran las redes sociales, no leen los diarios, no escuchan las críticas. O tal vez leen y no entienden.
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Uno de estos “ilustres”, Luis Urbieta (ANR), de Concepción, reaccionó en las redes ante el reclamo de un compueblano por su voto, profiriendo insultos de baja calaña. Ojalá que los electores del primer departamento tomen nota y le apliquen un duro castigo electoral en las urnas en el 2021 y en el 2023.
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El artículo 5 del Código de Ética dice que los diputados deben reflejar en su conducta pública la dignidad del cargo que ejercen. Suponemos que hoy mismo Urbieta será castigado con una sanción igual o peor que la de su colega Celeste Amarilla.
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Ahhh... y los cartistas no dicen nada sobre el acusado diputado Tomás Rivas (ANR), quien utilizó recursos de la Cámara Baja para pagar a sus domésticos. Si eso no es inconducta, ya no sabemos qué es.
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Lamentable el discurso de la líder abdista la diputada Jazmín Narváez. Ñandeko le dio cursos de derecho a sus excompañeros de facu. ¿No se habrá confundido con los seccionaleros de su valle?
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Ayer, Marito arrió definitivamente su bandera de lucha contra la democracia al permitir que los diputados de su movimiento se ratificasen en la sanción a Amarilla. Oficialmente ya se arrodillaron ante el Patrão, en un lamentable espectáculo para la democracia.
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Lo que tanto defendieron tres años atrás se fue todo al tacho. Ya deberían cambiar el eslogan del Ejecutivo: debe decir “El gobierno ya no es de la gente, sino de los correligionarios”. Y a partir de ahora en punto muerto hasta el 2023.