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Había sido que el “chico” tenía tentáculos bien importantes y con sus colegas procesados inclusive. Está de más decir que el “caiga quien caiga” se convirtió ya hace raaato en una de las tantas frases más mentirosas de la política paraguaya.
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Algunos “números romanos” no quisieron llegar a la farra porque había flashes. Así dicen.
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Cuentan los que saben que “Peluquín” está más optimista que nunca con el juicio de los audios filtrados. Por lo visto Papá Noel cumplió con el envío de la pintura blanca y ahora espera que la Diosa Astrea complete una vez más su triste “misión”.
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Impresionante fue la pelea ayer entre las hinchadas virtuales durante la interpelación de la ministra de la Niñez, Teresa Martínez, en la Cámara de Diputados.
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Martínez les lanzó varios dardos a los cartistas al citar que Achecé firmó varias veces documentos que incluían la palabra “género”. Obviamente que eso enervó bastante a los del “Nuevo Rumbo”.
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En esta interpelación la “Operación Cicatriz” sufrirá un divorcio porque los de Añetete defenderán a la ministra del líder de su movimiento.
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Y se confirmó finalmente el traspaso. Se venía venir el tema luego del famoso caso del cargamento con algunos carbones. Y conste que la fiscala decía que no iba a entregar los documentos.
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No sería nada raro que la incautación más importante de la historia del Paraguay quede en el oparei porque ya se logró el objetivo.
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Lamentable fue la ñembo conferencia de prensa ayer del viceministro Pedro Britos. Se pasó alabando su gestión. Hubiese empezado con un pedido de disculpas públicas a la ciudadanía porque les humilló a todos los usuarios del transporte público.
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De por sí luego viajar en los micros es una tortura porque algunos choferes no paran bien, si pueden te roban monedas, las unidades están sucias, con música a todo volumen y varias veces con reguladas. Si Britos está tan interesado en mejorar el transporte público, debe empezar prohibiendo la instalación de verdaderas discotecas en los buses como funcionan en los países civilizados.
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Peralta Vierci dice que ñandecó no puede hacer nada por falta de presupuesto. En realidad no es precisamente el dinero el gran problema del ministerio que dirige sino la incapacidad. Ni un cartelito no hicieron.