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Abdito en su termo, soñando aún con el frustrado homenaje, y Huguín Velázquez, haciendo campaña proselista en un avión del Estado, ni se enteran de las necesidades del pueblo.

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ñee/28/02/21
ñee/28/02/21Caló, ABC Color

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El Capi Mazzoleni también en su burbuja sigue sin poder decir cuándo vendrán las dichosas vacunas, para pensar que podemos comenzar una relativa normalidad.

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Tanto o más que el covid-19, la corrupción hace estragos entre la gente porque debido a ella, carecemos de una salud pública de calidad, de educación y de muchos servicios básicos.

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Ni los políticos se salvan de la falta de funcionamiento del sistema de salud. Esta situación les debería hacer reflexionar de la necesidad de un gran cambio.

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Lo que se necesita especialmente es que unos cuantos dejen de robar y que dirijan todos los recursos disponibles para dar una mejor calidad de vida a todos los paraguayos y paraguayas.

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El gobernador Schmalko se ofendió porque se lo incluyó en “el árbol de los corruptos” e inició una querella por difamación.

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Es notable cómo algunos dirigentes se preocupan por su imagen personal, pero no se espantan con los actos de corrupción que ocurren en sus administraciones o su partido y que perjudican a millones de ciudadanos.

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A medida que se acerca la fecha de las internas, irán subiendo de tono algunas peleas.

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Comentan que hay algunas autoimpugnaciones de candidatos que buscan así algo de notoriedad.

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En la ANR y en el PLRA existen enemistades internas ancestrales e inocultables en varios departamentos y distritos.

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Por eso, es muy difícil que luego de las internas haya paz y “concordia” como algunos desean.

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Lo que sí logró la operación cicatriz en la ANR es que algunos pierdan la memoria y los principios, en el supuesto que alguna vez los tuvieron.

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Abdito, por ejemplo, debe mucho a dirigentes de distintos partidos, que lo ayudaron en su carrera política para que llegue hasta donde llegó.

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Sin embargo, ahora se olvida de algunos que se jugaron en su momento y ni siquiera es capaz de rendirle un homenaje después de que fallecieron.

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La ingratitud a la orden del día...