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Saltaron todos a exteriorizar su enojo. Pero si no hay nada raro, ¿por qué la histeria? Si la Seprelad no es el órgano competente, entonces ¿por qué el enojo?
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Más de un cartista dijo alguna vez cuando se les denunciaba públicamente: “Dejemos que las instituciones investiguen”.
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Seprelad y la SET anunciaron que harán lo que corresponde. Estamos esperando que la Fiscalía de Sandra Quiñónez también se ponga las pilas para estos casos grossos.
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¿A cuánta gente ya le mató el maldito trámite administrativo que imponen los burócratas de la Salud? Si no tenés “padrino” en el Paraguay, el sellito y las firmas de los grandes licenciados te pueden llegar a liquidar.
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En cambio, siempre hay una vía rápida para los amigos del poder. Conste que este es el gobierno de la “gente”. Imagínense si no lo era.
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Para los gobiernos de turno y los políticos solo existimos los electores; no somos gente y mucho menos ciudadanos. Esto que se desató con el pastor evangélico es apenas una muestra médica.
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Para que vean cómo estamos: un fiscal que fue suspendido por el JEM por atreverse a investigar a la esposa de Óscar González Daher (ya fallecido) solicitó como corresponde recuperar los gastos de representación. ¿Qué le contestó la Corte? NO.
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La máxima instancia judicial le denegó lo que legítimamente le corresponde. Previamente, la fiscalía de Sandra Quiñónez también le dijo NO.
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¡Qué mensaje le estamos dando a la sociedad desde el Ministerio Público y desde el edificio con grietas de la diosa Astrea! Les estamos diciendo a los agentes fiscales que no se atrevan a investigar a nadie que esté vinculado de una u otra manera con el poder. De lo contrario, serán castigados. ¡Qué tristeza!