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Desde el sábado a la tarde, día del asesinato de Ryguasu, solo el silencio habló desde la clase política. Les importó un comino otro luctuoso hecho.
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Son especialistas en ganar elecciones pero están aplazados en gobernar. Solo buscan el poder para repartir cargos y despilfarrar. Más nada.
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El candidato presidencial colorado anda desaparecido. Ni una palabra sobre el sicariato. Parece que se quedó sin saldo y solo abrió su teléfono para felicitar a los funcionarios públicos. Obvio, está visto que solo busca acopiar votos.
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El 30 de abril es el momento de aterrizar la indignación de las redes a las máquinas de votación, de lo contrario seguirán ocurriendo peores cosas.
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Lamentablemente la comunidad internacional nos mira con preocupación y desconfianza por culpa de la “pandemia” del narcotráfico y su brazo armado, y la impunidad que gozan estos nefastos personajes.
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La Justicia y la Fiscalía parece que les temen al crimen organizado, al lavado de dinero y el gran contrabando de productos. Hasta ahora no vemos “significativas” imputaciones. Solo a los ladrones de gallinas. Los “manguruyuses” nadan libres.
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Una vergüenza la excusa para seguir raboneando en la Cámara de Diputados. Ñandecó respetan la fecha de culminación del receso parlamentario, que es hoy, y por eso no pueden sesionar. ¡Una burla! Hace casi tres meses que están de vacaciones manteniendo todos sus privilegios, desde los altos salarios hasta seguro médico, combustibles, etc.
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El Senado sesiona mañana pero mantiene la modalidad virtual y presencial ñandecó porque su productividad es más alta. Con ese criterio, deberían enviarles a varios funcionarios públicos a sus casas y de paso el tráfico se vuelve más ligero y se ahorra en servicios básicos.
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Algunos ya se podrían quedar en sus casas pero sin estar colgados del dinero de los contribuyentes.