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Los resultados evidencian castigos y premios muy importantes, dignos de analizar. A más de 1.200.000 electores no les importó el mal gobierno colorado de Mario Abdo Benítez y tampoco el “equipo de terror” que rodea al nuevo presidente Santiago Peña.
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Pese a la designación del “Patrão” como “significativamente corrupto” por parte de EE.UU., la mayoría de los electores prefirieron el continuismo colorado en el Palacio de López.
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Comienza ahora la era del “vamos a estar mejor”. Por el bien de todos los paraguayos, ojalá que esta frase no forme parte de las tantas como “50 años en cinco años”, “trabajo en primer lugar”, “Nuevo Rumbo”, “Gobierno de la gente”, “Cambia todo cambia”.
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Peña tiene el gran desafío ahora de hacer aterrizar sus promesas en realidades y si es capaz de gobernar sin el padrinazgo de su mentor, Horacio Cartes.
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Tan curiosas fueron estas elecciones, que hasta un preso fue electo senador (Mbururu) mientras su compañero de equipo Payo Cubas se instaló como tercera fuerza política, a nivel de candidatos presidenciales y logró bancas para cinco senadores.
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Para muchos, Payo fue una sorpresa... para otros, la confirmación de que hay un sector de la población que canaliza sus “esperanzas” en un candidato que desafía todo lo que es institucional.
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Los electores del departamento Central dieron una gran lección cívica al castigarle a los colorados, especialmente a los cartistas. De la mano de Ricardo Estigarribia (PLRA), candidato de la Concentración, la oposición recuperó la gobernación, tras la desastrosa gestión del N° 2.
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En Itapúa también ganó la oposición y derrotó al partido Colorado. No obstante, la ANR arrasó en todo el país, con la conquista de 15 de los 17 departamentos, mientras los liberales perdieron en cuatro lugares: Concepción, Amambay, Cordillera y Caaguazú.
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El TSJE también debería hacer un mea culpa porque le fallaron sus cálculos con la pérdidas de unas 5.000 máquinas de votación.
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Se le sometió a la ciudadanía al sacrificio de formar largas filas y horas de espera, desalentando a las personas que querían votar.
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No previeron por lo visto una buena participación. En síntesis, les sorprendió la Navidad.
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Lo bueno es la TREP, que ofrece resultados rápidos y contribuyen a la transparencia y evitan las especulaciones que tanto daño hicieron a la democracia paraguaya.
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Calé había dicho que si Chilavert superaba 1.000 votos, se iba a disfrazar de mujer. El portero logró 24.000 votos. ¿Cumplirá su promesa?
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Nuevamente hubo incidentes en el feudo del cuestionado diputado Esteban Samaniego. Varias veces sus seguidores ya hicieron gala de la violencia y ayer no fue una excepción.
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Esperemos que los otros poderes del Estado y la Fiscalía no se rindan ante los resultados políticos. Deben seguir firmes en sus investigaciones y procesos judiciales. De eso se trata también la democracia.
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Abdo felicitó ayer a Santiago Peña, formalmente, pero ningún referente de Fuerza Republicana estuvo ayer en el escenario. Dicen que la presencia del “Patrão” ahuyentó a los correligionarios.