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Erico está imputado fuertemente por supuesto lavado de dinero y asociación criminal. Sabe bien que si concurre mañana al Palacio de Justicia iba a ir a prisión y corría serio riesgo de no jurar como senador electo.
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Galeano presentó un recurso y dos excepciones nada más y nada menos como excusa para no concurrir mañana. En su argumento prácticamente vuelve a reiterar que es inimputable, casi un inmaculado, un beato.
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Tiró al basurero el comunicado de Santi Peña, quien le pidió que se someta a la justicia. Le hizo pito catalán.
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El presidente electo ya tendrá que acostumbrarse a este tipo de “desobediencias” porque los legisladores cartistas le responden al “Patrão” y no a él.
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Peligrosamente la historia se está repitiendo en el Paraguay. Esto ya lo vivimos en 1998.
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Ayer recibieron también sus diplomas los gobernadores. Recemos para que el gran presupuesto de Fonacide y Royalties y otros fondos sea bien administrado. En el periodo de cinco años que concluye el 15 de agosto, pocos –si hay– lo hicieron.
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Varios jefes departamentales aprovecharon la pandemia para distraer los rubros. Al menos dos fueron destituidos: los cartistas Hugo Javier (Central) y Juan Carlos Vera (Guairá).
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Pero otros se salvaron por tener “buenos enchufes” políticos al más alto nivel.
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En este nuevo periodo de cinco años, los gobernadores e intendentes se encontrarán con un nuevo fiscal general del Estado. Ojalá ya no sean perdonados.
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Hay que desalentar la idea que tiene mucha gente de buscar torcidamente mejorar su nivel ingresando a la vida pública a costa de sus compueblanos. Políticos ricos, pueblos pobres... ¡Nunca más!
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Ilegalmente el Jurado resolvió archivar la revisión del caso del fiscal López Lohman. No hubo votos suficientes pero igual de manera irregular lo metieron en el freezer. ¡Qué vergüenza! Y no se inhibieron Blanco y Rivas.