¡Calar bayonetas!

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Se conmemora, el 16 de noviembre, el Día de la Infantería Paraguaya, en reconocimiento a una de las más brillantes y decisivas victorias del Ejército Paraguayo en la Batalla de “El Carmen”, durante la Guerra del Chaco, coincidente con el natalicio del más encumbrado y virtuoso soldado del arma, el Gral Eugenio Alejandrino Garay, ilustre ciudadano, valiente soldado y patriota ejemplar en el cumplimiento del deber.

Evocar a la Infantería es recordar toda la rica historia militar del Paraguay. No hay rincón de esta tierra ni acontecimiento nacional en el que no haya tenido una activa y decisiva participación, tanto en encarnizados combates en defensa de su soberanía e integridad territorial, como en permanente vigilia de garantía de paz, de amparo y apoyo a emprendimientos de desarrollo nacional.

Afirmaba el Capitán Anibal Sapriza Corrales ( Escuela Militar, 1946) ”La Infantería es el pueblo en armas, y el Infante, el ciudadano soldado tal cual lo hace la nación”. En efecto, la Infantería mas que un arma de características técnicas y tácticas específicas, es un estado del espíritu, concentrado en su elemento esencial, el hombre, el Infante, la personificación exacta y genuina de abnegación, de coraje, de sacrificio hasta alcanzar el martirio de los héroes, de espíritu de lucha, y de la inmutable voluntad de marchar, combatir y vencer… vencer siempre.

No voy a relatar en esta oportunidad toda las glorias de la Infantería, apenas rendir un homenaje de recordación a todos los Soldados de Infantería de ayer, de hoy y de siempre; en especial a los que están montando guardia en los hitos de nuestras fronteras y a los que, alejados de la patria y de la familia, están diseminados por el mundo en Operaciones de Paz y Humanitarias, como instrumentos de la política exterior y calificando al Paraguay como País Cooperante con la paz del mundo.

Pretendo sí, hacer un paralelismo entre los acontecimientos de la vida nacional que nos afecta y el momento crucial del combate de infantería que se presenta en la posición de asalto ante la defensa enemiga, donde con la orden de “calar bayonetas” y el grito de ¡Viva el Paraguay!, se lleva el combate a su máxima expresión, hacia la única alternativa… la de vencer o morir.

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Sí señores, hoy es necesario “calar bayonetas” contra aquellos que, inocente o intencionadamente, dañan peligrosamente la autoestima nacional, quitándonos toda virtud y endilgándonos todo tipo de vicios y debilidades; a ellos conviene recordarles y recordarnos que los comuneros de esta tierra dieron el primer grito libertario en América; que este pueblo se autoproclamó independiente, sin injerencias de campañas libertadoras; …que este pueblo defendió heroicamente su territorio y soberanía en dos guerras internacionales, desde Paso de Patria hasta las aguas rumorosas del Aquidaban; y desde Boquerón calcinante hasta la fresca orilla del Parapiti legendario; …que este pueblo, pese a su desventajosa posición geográfica y hasta, a veces, la incomprensible actitud de gobiernos vecinos, sigue luchando denodadamente por su progreso y bienestar.

Sí señores, en este incierto y confuso tiempo que vivimos es necesario “calar bayonetas” contra las organizaciones subversivas, que agitando amenazantes banderas extrañas y bajo pretexto de reivindicaciones y lucha social, reclaman sus derechos violentando el de los demás, destruyendo bienes del estado y hasta matando impunemente, sembrando el terror en la sociedad. Es necesario “calar bayonetas” contra los que promueven la perimida lucha de clases y el inútil enfrentamiento social para, en nombre de la libertad e igualdad, procurar el poder y someter a la población a inciertos destinos, conculcando sus más elementales derechos.

Por lo mismo es ya tiempo de “calar bayonetas” para que nuestra democracia sea el cumplimiento estricto de la Constitución Nacional, de las leyes y de las normas de convivencia social. Es el imperativo de la hora, “calar bayonetas” contra la desvergonzada corrupción política y por el ejercicio con responsabilidad civil y penal de la función pública, a la vez de impedir que personas con dudosos antecedentes la ejerzan. Debemos “calar bayonetas” contra el continuo e interminable proselitismo político que obstaculiza el trabajo en lo importante y trascendente del bienestar nacional, desvirtuando la democracia y limitándola solo al sufragio, olvidando que la legitimidad de la autoridad se da por su origen, pero, y sobre todo, por su accionar. Es importante “calar bayonetas” para limitar la reelección de todas las autoridades (no solamente del Ejecutivo), propiciando la alternancia e igualdad de oportunidades a todos los ciudadanos, tan necesarias a la salud de la democracia.

Es necesario y urgente “calar bayonetas” contra el grosero y desconsiderado despilfarro del dinero público en el presupuesto, así como contra el uso discrecional, vicioso y descontrolado del dinero de las Binacionales como si fueran administraciones privadas.

Sí, es necesario “calar bayonetas” contra la agigantada, costosa e ineficiente Administración Pública que, antes que gestionar y propiciar las mejores condiciones para la actividad productiva de la economía nacional, la obstaculiza y la hace proclive a la informalidad.

Es urgente “calar bayonetas” contra el narcotráfico y crimen organizado, como la amenaza más ostensible a la soberanía nacional e impedir su infiltración en los partidos políticos prostituyéndolos como canales de expresión y anhelos ciudadanos; propiciemos que en ellos se valore mas a correligionarios que a cómplices de organizaciones delictivas. Debemos “Calar bayonetas” para garantizar el derecho ciudadano de recibir información veraz sin influencias interesadas que tergiversen y/o manipulen la opinión pública. Sí, es necesario calar bayonetas para restituir la “palabra de honor” en las promesas electorales y reorientar la política al bien común, como noble actividad basada en la ética y moral e impedir que instituciones emblemáticas de nuestra democracia, como el Congreso, sirvan de refugio para la impunidad con la connivencia cómplice del Poder Judicial.

Sí señores, es necesario “calar bayonetas” por la recuperación de la moral nacional, del sentido de pertenencia destino común, de nuestros valores característicos, propiciando una gran convergencia del esfuerzo, voluntad y capacidad de todos los actores de la vida nacional, …y por sobre rencores y diferencias, respetando el disenso razonado y sin discriminaciones de ningún tipo, para en incontenible marcha, como la Infantería con bayoneta calada, orientarnos hacia destinos más venturosos.